La relación entre el estrés y la diabetes es muy directa. Una de las causas principales de desarrollo o empeoramiento de la diabetes suele justificarse en episodios de mucho estrés emocional. Para resolvernos todas las dudas la psicóloga Laura Fuster nos aclara en este vídeo como combatir esas situaciones para mantener controlada nuestra diabetes.
Pregunta: ¿De qué manera puede afectar un estado de nerviosismo y estrés en una persona con diabetes?
Respuesta: Cuando estamos en un estado de estrés nuestro cuerpo sufre una serie de cambios. Entre otros, puede pasar que el páncreas segregue una hormona llamada glucagón, que tiene unos efectos contrarios al de la insulina. Esta y otras hormonas, en conjunto, tienen varios efectos, entre ellos aumentar los niveles de glucosa en la sangre.
El cortisol, en particular, es una hormona que juega importantes papeles en nuestro cuerpo.
Uno de los efectos del cortisol es que inhibe la secreción de insulina, disminuye la capacidad de la insulina para transportar la glucosa hacia las células, además de hacer que las células se vuelvan más resistentes a ésta. De modo que si estamos en un estrés continuo o prolongado, comenzaremos a ver un incremento en los niveles de glucosa en la sangre. El cortisol, además, ejerce sus efectos sobre las células de grasa a través del cuerpo, haciéndolas resistentes a la acción de la insulina.
El resultado es un notable aumento, no sólo de la glucosa en la sangre sino también de grasas, que comienzan a dañar los vasos sanguíneos.
Cuando a causa del estrés suben los niveles de glucosa en la sangre, nuestro cuerpo pone en marcha una serie de mecanismos con el propósito de disminuir éstos. Uno de éstos es la poliuria (cantidad excesiva de orina para eliminar el exceso de glucosa). En este proceso de eliminar líquido del cuerpo, se eliminan también una serie de vitaminas. Muchas de estas vitaminas cumplen un importante papel en el control de la glucosa y en la resistencia al estrés, de modo que su eliminación agrava el problema.
P: ¿El estrés puede alterar nuestra forma de comer, de alimentarnos?
R: La respuesta de estrés es una respuesta adaptativa del organismo para defenderse de una amenaza externa. En ella el corazón late más deprisa, lleva la sangre a las extremidades y la desvía del aparato digestivo. Por esta razón sentimos que se nos “cierra” el estómago y dejamos de sentir hambre. Otro efecto que se produce es que se movilizan las grasas internas como fuente de energía.
Pasado el momento de mayor peligro o cuando el organismo cree ha gastado suficiente energía se produce una sensación de apetito mayor del habitual. Y no solo esto, sino que el apetito se orienta hacia platos de alto contenido calórico, con muchas grasas y azúcares.
Además, al utilizar las grasas internas para quemarlas, el estrés activa el mecanismo de acumulación de grasas. Si unimos un apetito excesivo a una acumulación de grasas más efectiva, el resultado es que engordaremos.
Y si además el estrés es crónico, se producirán los “daños colaterales” de una inadecuada nutrición: obesidad, colesterol elevado, tensión arterial alta, etc.
Dicho todo esto, llegamos a la conclusión de que si se tiene estrés es más necesario que nunca cuidar especialmente la alimentación para evitar todas estas patologías.
P: ¿Cómo se puede y debe combatir el estrés?
R: Para poder manejar el estrés , el primer paso es identificarlo. En personas con diabetes, es recomendable que, en el cuaderno donde anotan sus lecturas de glucosa, guarden un espacio para identificar los días en los que se sienten más estresado o días potenciales de estrés. Un día potencial de estrés podría ser un viaje fuera del país, la presentación de un proyecto de trabajo o una mudanza, entre otras situaciones. Anotando los días en que te sentiste ansioso o estresado podrás ver si el estrés afectó tus niveles de glucosa. Identificando los días potenciales de estrés, podrás ser más cuidadoso planificando tus comidas, meriendas y las dosis de medicamento.
Una vez identificado el estrés, es más fácil combatirlo tanto físicamente como emocionalmente. El estrés físico se combate relajando la tensión en los músculos de tu cuerpo. El estrés emocional se maneja cambiando de pensamientos a través de emociones. Es muy importante identificar el pensamiento que genera esa ansiedad. Nos daremos cuenta que éste no es del todo correcto ya que, cuando un pensamiento nos desencadena emociones tan intensas suele venir a nuestra mente de manera muy extrema. Son pensamientos de todo o nada y blanco o negro. Nos decimos frases como “no valgo para nada”, “nunca controlaré mi diabetes”… Cuando identifiquemos esos pensamientos debemos darnos cuenta de que son muy extremos y podemos cambiarlos. En los ejemplos anteriores. “hay cosas que no se hacer, pero hago muchas bien”, “ a veces mi diabetes me agobia, pero siempre termino controlándola”. Como vemos, estos pensamientos generan un tipo de emociones mucho más moderadas.
P: ¿Por qué es necesario en general no estar estresado?
R: En general es importante porque entramos en una inercia que si se mantiene cierto tiempo es difícil de romper y puede llevarnos a padecer problemas de ansiedad. Los pensamientos negativos influyen en la emoción y ambos en las conductas que hacemos. A su vez, esta conducta puede reforzar el pensamiento negativo iniciando otra vez el círculo o inercia.
Por ejemplo, el pensamiento “nunca podré controlar mi diabetes” genera emociones intensas de frustración, tristeza y ansiedad. El pensamiento junto a las emociones puede llevarnos a dejar de hacer la dieta pautada o ejercicio. El hecho de no realizar esas conductas reforzará el pensamiento de “nunca podré controlar mi diabetes”.
Gracias