Científicos estadounidenses han descubierto en ratones una proteína que podría activar en el organismo los mismos efectos preventivos que tiene el ejercicio físico frente a enfermedades como el cáncer o la diabetes tipo 2.
Según un estudio publicado en el último número de la revista científica Nature, esta proteína, denominada BCL2, es la encargada de activar la autofagia, un mecanismo que normalmente entra en funcionamiento gracias al ejercicio y que es en parte responsable de sus efectos beneficiosos sobre la salud. La autofagia, una especie de «sistema de reciclado», permite a las células adaptarse a los cambios nutricionales y a las demandas energéticas del cuerpo.
La investigación ha sido llevada a cabo por un equipo de científicos del Centro Médico del Suroeste de la Universidad de Texas (Estados Unidos), que logró aislar en ratones el gen encargado de la producción de dicha proteína. Los científicos esperan ahora poder desarrollar nuevos tratamientos que aporten beneficios similares a los que proporciona el ejercicio físico.
Estos expertos han demostrado que, al menos en ratones, la autofagia protege contra el cáncer, el envejecimiento y la resistencia a la insulina. Por el contrario, los ratones sometidos a una modificación genética para impedirles la producción de esta proteína presentaron una alteración en la metabolización de la glucosa y una disminución de la resistencia. Además, estos roedores eran más susceptibles a la intolerancia a la glucosa inducida por una dieta elevada en grasas, algo que normalmente el ejercicio ayuda a prevenir.