Cada 17 de octubre se conmemora el Día Mundial contra el dolor con el fin de mejorar la calidad de vida de las personas que padecen dolor. En el caso del dolor crónico, la prevalencia en España es de hasta un 25,9%1. Sin embargo, aunque las causas de esta afección sean desconocidas en un 27,1% (1) de los casos, cuando se trata de personas con diabetes, este dolor es más común de lo que se pueda pensar.
La polineuropatía diabética dolorosa
La polineuropatía diabética dolorosa (PNDD) es una de las complicaciones más frecuentes y más desconocidas de la diabetes, afectando a 1 de cada 3 personas con la patología (2), y teniendo muy poco o ningún conocimiento de ella el 64% de pacientes con diabetes(3).
Esta afección del sistema nervioso periférico se produce como consecuencia de un mal funcionamiento de los nervios y se caracteriza por su sintomatología, entre las que destacan el dolor ante cualquier estímulo, ya sea doloroso o no doloroso; la sensación de ardor o quemazón; y hormigueos o entumecimientos en las extremidades superiores o inferiores.
Debido a esta sintomatología, esta afección nerviosa impacta directamente en la calidad de vida de las personas que la padecen, imposibilitándoles en muchos casos llevar a cabo tareas cotidianas y laborales. Y es que hasta un 52%3 de personas que padecen esta patología han llegado a perder varios días de trabajo a causa del dolor al que están sometidos, teniendo que tomarse, en algunos casos, permisos extensos.
El dolor asociado a complicaciones por la diabetes
Además, esto no solo afecta a la calidad de vida, sino que incrementa el riesgo de sufrir complicaciones asociadas a la patología, afectando, principalmente, a las manos y los pies. De ahí que el hecho de padecer esta afección incremente considerablemente el riesgo de desarrollar pie diabético y, posteriormente, la posible amputación de alguna extremidad(4).
Dada la importancia del abordaje y del conocimiento de esta patología, la Federación Española de Diabetes (FEDE), con el apoyo de Grünenthal y Viatris, ha impulsado la campaña “¿A qué duele?”, este año bajo el lema “Visibiliza tu dolor”, con el fin de visibilizar la importancia de un diagnóstico prematuro y un tratamiento adecuado a las necesidades de cada paciente, ya que tan solo un 39%3 de la población que sufre esta patología cuenta con un diagnóstico formal, y, además, únicamente un 42%3 cuenta con un tratamiento específico para la PNDD.
A qué duele dolor
Recomendaciones para su prevención y diagnóstico precoz
A pesar de las implicaciones que tiene la PNDD, existen varios factores de riesgo que incrementan su desarrollo, de forma que tenerlos en cuenta ayudaría a mitigar su aparición. El adecuado control glucémico, por ejemplo, es crucial para reducir el desarrollo e incluso prevenir la patología. Asimismo, otros factores a tener en cuenta son tanto el riesgo cardiovascular, como el índice de masa corporal indicado por el especialista acorde a la edad y al sexo de cada persona. Por último, los hábitos perjudiciales, como el tabaquismo, incrementan el riesgo de daño en el sistema nervioso, por lo que mantener un estilo de vida saludable, como una actividad física regular y una alimentación adecuada, reduciría el riesgo de padecer la patología.
Sin embargo, si ya se ha desarrollado la PNDD, el diagnóstico temprano se convierte en algo fundamental para reducir su impacto negativo en la calidad de vida de la persona que la padece. La patología se puede identificar mediante la sintomatología previamente expuesta, por lo que tanto la autoexploración como la búsqueda activa por parte el profesional sanitario juega un papel muy importante en su detección.
Los signos de déficit del sistema nervioso pueden indicar el incipiente desarrollo de la patología, por lo que hay que tener en cuenta la disminución de la sensibilidad táctil, la fuerza muscular o los reflejos en los tendones. A su vez, la exploración de los pies de las personas con diabetes ayuda tanto a su diagnóstico como a la detección de complicaciones asociadas, como el pie diabético.
Por ello, con el fin de abordar a tiempo la patología, en caso de padecer alguno de estos síntomas, es necesario que se acuda con la mayor rapidez al centro sanitario para su observación y exploración, y para que, en caso de confirmación del diagnóstico, se aplique un tratamiento adecuado a sus necesidades con el objetivo de reducir su dolor y mejorar su calidad de vida.
