Diabético en primera persona: Javier Caparrós es paciente diabético desde hace tiempo. Descubrió su enfermedad cuando sólo tenía diecisiete años. Reconoce que cuando le diagnosticaron que su páncreas no funcionaba como debía pensó en sus padres y en la reacción que estos iban a tener. Este madrileño de nacimiento, pero valenciano de adopción asegura que la diabetes le cambió la vida, aunque su cambio fue a mejor. En nuestro encuentro reconoce que de no haber sido diabético ciertos hábitos saludables y maneras de vivir no se hubieran dado.
Javier es comercial, tiene dos hijas maravillosas y vive al máximo su vida. La diabetes no le impide disputar sus semanales partidas de padel, ni viajar cuando le apetece. Ha interiorizado todo los controles necesarios para no tener sorpresas desagradables y asumida esa forma de vida sonríe seguro. Javier es usuario de una bomba de insulina y nos cuenta que gracias a ese aparato ya no se pincha cada día, sino cada tres. Un avance muy positivo que sin duda le ayuda a seguir siendo optimista.