Investigadores de la Universidad de Harvard en Boston (EE.UU.) han logrado crear mini-estómagos de células reprogramadas del píloro de ratones que, una vez trasplantados, tienen la capacidad de producir insulina para corregir los niveles elevados de glucosa en sangre. Es decir, con capacidad para tratar la diabetes.
Concretamente, el estudio, publicado en la revista «Cell Stem Cell», muestra cómo las células del píloro pueden ser reprogramadas en células productoras de insulina y, posteriormente, unirse formando esferas o mini-estómagos que tras ser trasplantadas son capaces de controlar los niveles de glucosa.
Es más; dado que estos mini-estómagos también contienen células madre del píloro, tienen la capacidad de regenerarse continuamente, con lo que se garantiza una presencia ilimitada de células productoras de insulina para tratar la diabetes. O así sucede, por lo menos, en ratones.
El primer paso del estudio fue identificar las células del organismo del ratón que presentan una mayor facilidad para ser reprogramadas en células productoras de insulina. Y con objeto de facilitar aún más este paso, los autores utilizaron animales genéticamente modificados para expresar tres genes capaces de transformar cualquier célula en una célula beta de los islotes pancreáticos –las células responsables de la producción de insulina en el organismo.
Así, y con objeto de evaluar la viabilidad de sus células del píloro reprogramadas, los autores destruyeron los islotes pancreáticos de los ratones. El resultado es que aquellos ratones a los que no se habían trasplantado estas células reprogramadas no sobrevivieron más allá de ocho semanas. Por el contrario, los animales que se beneficiaron de este ‘trasplante’ mantuvieron unos niveles normales de glucosa en sangre, por lo que no murieron durante el período de seguimiento del estudio –cuya duración superó los seis meses.
Pero, además, el píloro presenta una ventaja añadida. Y es que, en condiciones naturales, sus células madre son las encargadas de regenerar el tejido del estómago de una forma continua. De hecho, el estudio mostró que cuando las células reprogramadas son destruidas, las células madre contenidas en los propios injertos trasplantados son capaces de generar nuevas células productoras de insulina.
Como destaca Qiao Zhou, «los pacientes experimentan una pérdida constante de células beta durante las distintas etapas de la enfermedad. Y, cuando menos en principio, nuestro estudio ofrece la ventaja de reemplazar la pérdida de estas células».
Y estos mini-estómagos, ¿son funcionales? Pues para averiguarlo, los autores volvieron a destruir los islotes pancreáticos de los ratones. Y lo que vieron es que los mini-estómagos fueron capaces de compensar la insulina que producían las células beta ahora destruidas en 5 de los 22 ratones, por lo que los niveles de glucosa en sangre se mantuvieron normales.
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