Hay ciertas investigaciones médicas y estudios que son inquietantes. Esta que os contamos en el día de hoy así es considerada por la redacción de Canal Diabetes. Y es que según hemos sabido demasiadas horas de exposición a la luz no solo altera nuestros ritmos de sueño-vigilia sino que, esa exposición a la luz también incrementa nuestro riesgo de enfermedades como la diabetes, la obesidad o las enfermedades cardiovasculares. Y aunque los mecanismos de esta relación no están demasiados claros, ahora, gracias a un estudio que se publica en «PNAS», podemos saber un poco más.

El trabajo ha visto, en ratones, que la exposición a la luz artificial durante el día aumenta la adiposidad corporal mediante la atenuación de la actividad del tejido adiposo o grasa marrón, el mayor contribuyente del gasto energético energía.

El estudio, coordinado por el investigador de la Universidad de Leiden, Sander Kooijman, sugiere que el tejido adiposo marrón puede mediar en el vínculo que existe entre la contaminación lumínica ambiental y una serie de enfermedades relacionadas con la obesidad, como la diabetes tipo 2 y enfermedad cardiovascular.

Kooijman y su equipo exploraron los efectos que tiene la duración de las horas de luz sobre la actividad de la grasa marrón en los ratones. Para ello expusieron a los animales a la luz artificial durante 12, 16 o 24 horas al día durante 5 semanas. Concluido este periodo evaluaron el peso corporal y la composición de la grasa del organismo de los animales.

Así vieron que los ratones cuya exposición a la luz artificial se prolongó durante 24 horas, en comparación con aquellos que permanecieron solo 12 horas, tenían significativamente alta composición más elevada de la grasa marrón, incluso cuando su ingesta diaria de alimentos estaba controlada.

En función de los resultados, los autores proponen que la prolongación de exposición a la luz todos los días favorece la obesidad al disminuir el gasto de energía, más que el aumento en la ingesta de alimentos o de la actividad física. Y, en trabajos posteriores, se observó que una mayor exposición a la luz disminuye la activación noradrenérgica de la grasa marrón y, por lo tanto, reduce la conversión de los ácidos grasos y glucosa en calor. Según los investigadores, sus datos sugieren que la restauración de la actividad de la grasa marrón deteriorada puede ayudar a superar las consecuencias negativas del aumento de la exposición a la luz.