“La diabetes tipo 2 y el Alzheimer comparten mecanismos de enfermar y por tanto, el Alzheimer podría ser considerado como una forma de enfermedad neuroendocrina mas compleja, a la que nosotros proponemos llamar diabetes tipo 3” afirma la Dra. Suzanne de la Monte, investigadora del Hospital Rhode Island de Estados Unidos, que ha puesto en marcha varios estudios que indican que el Alzheimer podría ser considerado un nuevo tipo de diabetes.
De la Monte será la encargada de impartir, este jueves, la conferencia inaugural del 24º Congreso de la Sociedad Española de Diabetes (SED), que reúne en Sevilla a más de 1.200 especialistas hasta el sábado 13 de abril.
Según la teoría de la Dra. De la Monte, la deficiencia de insulina y la menor sensibilidad a esta hormona produce en el cerebro una serie de alteraciones que son muy similares al Alzheimer y la demencia. Esto no quiere decir que la diabetes sea la causa del Alzheimer, sino que comparten orígenes muy parecidos. En experimentos realizados con ratas, la administración a nivel cerebral de una droga que produce diabetes genera unas alteraciones y unos déficits en la capacidad de adquirir conocimientos muy similares al Alzheimer. De hecho, la administración de fármacos que se emplean para tratar la diabetes tipo 2 mejoran las alteraciones cerebrales que se han producido en esas ratas.
Si la teoría es correcta, el déficit de insulina o la resistencia a ella hacen que las neuronas tengan dificultad para poder utilizar la glucosa, que por otro lado es prácticamente su única fuente de alimento. Esto ocasionaría un déficit en su producción de energía, un mayor estrés oxidativo, una menor supervivencia celular y a la larga una muerte neuronal. Además, la menor sensibilidad a la insulina produce un daño en los pequeños vasos sanguíneos y capilares que riegan el cerebro, comprometiendo su riego sanguíneo. Esto produce una acumulación en ciertas zonas del cerebro de una proteína perjudicial denominada beta-amiloide. Esta acumulación genera lo que se ha dado en llamar las placas seniles, las cuales producen toxicidad neuronal y están en el origen de la enfermedad de Alzheimer. De hecho, tal y como indica la Dra. De la Monte, la administración de glucosa o insulina en pacientes con Alzheimer puede hacer mejorar su memoria y su capacidad de adquirir conocimientos.
De acuerdo con esta investigadora, estos descubrimientos podrían conducir a nuevos tratamientos para la enfermedad de Alzheimer. Pero además, no se nos puede olvidar que un estilo de vida saludable, como es realizar actividad física y una correcta alimentación nos ayudará a prevenir cualquiera de los tipos de diabetes, entre los cuales a lo mejor podría estar incluida la enfermedad de Alzheimer.
Además, la Dra de la Monte también cree que la falta de acción de la insulina en el cerebro podría desempeñar un importante papel en otras enfermedades neurodegenerativas como la Enfermedad de Parkinson.
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