La ponencia de Anjel Irastorza estuvo llena de vitalidad, energía y positivismo. Este vasco, residente en San Sebastián, nos demostró que a sus 58 años aún queda mucho por hacer en la vida y que no hay tiempo para rendirse.
Anjel Irastorza nos contó que debutó hace 5 años con una diabetes tipo 2. En ese momento se hizo infinidad de preguntas que se pueden resumir en una sola ¿por qué a mi?. Una pregunta que todas las personas con diabetes se hacen. En el caso de Anjel Irastorza llegó además con un despido profesional y con una situación vital que le hizo reflexionar.
Este consultor de trato cercano y campechano estaba metido en un ritmo de vida muy intenso a nivel laboral antes de su diagnóstico. De hecho ese ritmo le impidió tomar cartas en el asunto en los inicios de su enfermedad y optó por no cuidarse hasta la llegada del diagnóstico.
Unos meses después de que ambas noticias llegaran, el despido y su diabetes tipo 2, se realizó a si mismo una nueva pregunta. Y ¿qué tiene de positivo tener diabetes?. Anjel Irastorza nos confesó que si vas buscando te das cuenta de que aparecen cosas positivas
En su caso conoció a través de la prensa el programa de paciente activo del gobierno vasco. Y allí que fue para darse cuenta de que el podía ayudar con su experiencia a otros pacientes. En ese momento empezó a descubrir que la información llega pero sin emoción no hay formación que se consiga. El contacto con la gente es muy beneficioso. En el caso concreto de Anjel Irastorza, como formador que tiene que dar ejemplo y contar su experiencia, eso le obliga a mantener de la mejor forma posible su control metabólico.
El mensaje final de Anjel Irastorza fue que hay que vivir la vida con conciencia, mental, emocional, física. Es necesario minimzar el sufrimiento sacarle partido a la vida en plenitud. Y sobretodo que no hay tiempo para rendirse nunca.