Tener un correcto conocimiento de los alimentos que necesitamos comer cada día y saber distribuirlos no es suficiente si un mínimo sentido del saber donde cocinar. Es fundamental en nuestra apuesta por la vida saludable saber aprovechar los nutrientes y sacarle el máximo partido a los sabores reales de los alimentos, y eso depende básicamente de su modo de preparación. Saber elegir el modo de cocción o el cacharro donde cocinar tiene más importancia de la que imaginas.
La cocción es la clave
Lo primero es determinar el tipo de cocción del alimento seleccionado para después poder elegir la mejor cazuela para cocinar. Hay dos tipos de cocción, la rápida (con calor seco) ideal para alimentos con fibras blandas como carne roja, y la lenta (con calor húmedo) indicada para fibras rígidas que dificultan la entrada de calor, exigiendo más tiempo de cocción.
Por ejemplo si tenemos pensado freír un alimento deberíamos tener en cuenta que se trata de un método simple que sitúa la materia prima a altas temperaturas con rapidez. Nuestro mejor aliado en este caso será la sartén. Los alimentos que mejor acompañan esta forma de cocinar suelen ser las aves, carnes, pescados, frutos del mar, legumbres y tubérculos, como la patata.
Otra opción es el salteado. Parecido a la fritura pero con menos cantidad de aceite. Es necesario someter el alimento (carne, legumbre, masas) a altas temperaturas para crear una capa protectora alrededor del mismo. Las sartenes también en este caso son las mejores opciones. Se puede emplear para carnes en tiras, frutos del mar, legumbres cocidos y masas previamente cocidas.
La tercera de nuestras formas de cocinar es al vapor. Se trata de uno de los métodos más nutritivos, ya que retiene los nutrientes y el sabor natural de los alimentos con muchas garantías. Las cazuelas de metal o de barro son los mejores instrumentos para comidas cardiosaludables y muy buenas para reducir la cantidad de grasas de los alimentos. Utilizado para pollo de granja, carne de cerdo y carne de ternera.
Después tendríamos el guisar como un método para rehogar, de cocción lenta, que consiste en hervir los alimentos y después terminar de cocinarlo dentro de una salsa o caldo. Las cazuelas más altas son las mejores opciones. Utilizado para carnes, aves y legumbres.
Si decidimos cocer con fuego bajo y despacio, con poco caldo y generalmente acompañado de aromatizantes y vino estaremos braseando. Combina humedad y calor seco, el objetivo es cocinar piezas de carnes más duras. La olla a presión es buena opción para brasear con cocción lenta.
Y finalmente nos queda el escaldado. Utilizado para alimentos muy delicados como frutas y vegetales. Consiste en el cambio rápido de temperatura del agua hirviendo creando un choque térmico para dar fin a la cocción. Cualquier cazuela es indicada para ello y suele ser muy útil al cocinar legumbres.
Pues estos son algunos consejos de nuestro cocinero particular para que desde el preparado de los alimentos que vayamos a ingerir, podamos disfrutar al máximo de sus propiedades nutritivas.