¿Es posible que las bombas de insulina a parte de su función infusora puedan ayudar a prevenir enfermedades cardiovasculares?

Pues, un estudio escandinavo de grandes dimensiones se ha empeñado en dar respuesta a esta cuestión y poner más en valor si cabe un dispositivo que sin duda a mejorado la calidad de vida de muchas personas con diabetes y que en España sigue aplicándose en cantidades muy menores a la media de Europa.

El estudio del que hablamos se ha realizado entre más de 18.000 diabéticos tipo 1 de Suecia y concluye que las personas con bombas de insulina tuvieron la mitad de probabilidades de morir por causas relacionadas con el corazón en comparación con las mismas personas con diabetes que no llevaban bombas de insulina. Además un 25% de las personas con bombas de insulina fueron menos propensas a morir por cualquier causa.

«Nuestro estudio muestra que el tratamiento con bombas de insulina reduce a casi la mitad el riesgo de mortalidad cardiovascular», dijo el autor principal del estudio Dr. Isabelle Steineck del Hospital Universitario de Aarhus en Dinamarca. «Personalmente creo que más personas con diabetes tipo 1 podrían beneficiarse del uso de bombas de insulina, siempre y cuando consiguieran toda la educación adecuada acerca del manejo de las bombas de insulina» aseguró Steineck a la agencia Reuters.

Las bombas de insulina administran insulina las 24 horas del día a través de un catéter que se coloca bajo la piel. La insulina se suministra en una dosis medidas y continuas, o si se necesita más, como por ejemplo a la hora de la comida, la dosis puede ser aumentadas.

Estudios previos sobre las bombas de insulina han señalado que las bombas de insulina proporcionan un mejor control del azúcar en la sangre  y han substituido a las múltiples inyecciones diarias.

Para el nuevo análisis, Steineck y su equipo analizaron 18.168 pacientes con diabetes tipo 1 en el Registro Nacional de Diabetes sueco. De éstos, 15.727 controlado su diabetes con múltiples inyecciones diarias de insulina, mientras que los otros 2.441 pacientes utilizaron bombas de insulina implantadas. El grupo fue seguido por casi siete años, hasta diciembre de 2012.

El equipo de estudio analizó las tasas de enfermedad coronaria fatal, enfermedad cardiovascular mortal (enfermedad coronaria o accidente cerebrovascular) y muerte por todas las causas.

Usando una bomba de insulina se asoció con una reducción del 45 por ciento en el riesgo de enfermedad cardíaca coronaria fatal en comparación con el uso de la insulina inyectada, una reducción del riesgo del 42 por ciento para la enfermedad cardiovascular fatal y un riesgo 27 por ciento menor de morir por cualquier causa.

Steineck y su equipo señalan, sin embargo, que no saben lo que otros factores podrían haber influido en sus resultados. Por ejemplo, una mejor educación y un seguimiento más frecuente de azúcar en la sangre entre los usuarios de las bombas de insulina podría haber ayudado a reducir su riesgo de enfermedades del corazón.

El estudio por tanto no puede probar causa y efecto, ya que sólo se basa en la observación de lo que sucedió en los últimos años, pero señala un aspecto interesante a seguir.