Lila Grace Moss nació en el año 2002 de la relación entre la top model Kate Moss y el periodista y editor de la revista Dazed & Confused, Jefferson Hack.
Con tan solo 13 años protagonizó junto a su madre su primera portada para la edición italiana de Vogue, y tan solo un año después, hizo su primera campaña publicitaria para The Braid Bar, una peluquería de Selfridges (Londres).
La imagen de Lila desfilando durante la Semana de la Moda de Milán, ha dado la vuelta al mundo, y no solo por su imponente conjunto de Versace, si no por la bomba de insulina que llevaba en la cadera. Un detalle que, sin duda, normaliza la presencia de la diabetes en la Semana de la Moda de Milán, y que además se ha convertido en un ejemplo para muchos niños y adolescentes diabéticos que deben aprender la importancia de no saltarse el tratamiento y de normalizar esta enfermedad.
La hija de Kate Moss monitoriza su glucosa en cualquier situación, y no es de extrañar verla manipular su bomba de insulina con total naturalidad (como lo hizo en la London Fashion Week en septiembre de 2021). El dispositivo que manipula es un ‘infusor subcutáneo continuo de insulina’ (ISCI), el cual está indicado, sobre todo, para pacientes con diabetes de tipo 1. Se trata de un aparato cuya función es administrar insulina al cuerpo de forma continua, midiendo la cantidad y la frecuencia de las infusiones mediante un estudio previo realizado por un profesional en diabetes.
Actualmente la bomba de insulina está muy generalizada y cada vez son más las personas que la usan para tratar la diabetes. No obstante, aunque estas favorezcan al paciente en la mayoría de los casos, no todas las personas con diabetes son un buen candidato a usarlas.
Este hecho fue, por tanto, un ejemplo a seguir para demostrar y normalizar que la diabetes está presente en la Semana de la Moda de Milán, como podría estar presente en cualquier lugar, por lo que debemos aprender a convivir con ella con total normalidad.