El Instituto de Microcirugía Ocular (IMO) estuvo presente como referente oftalmológico del colectivo diabético en la tercera edición del Diabetes Experience Day, que se celebró en Madrid el pasado 13 de febrero y donde llevó a cabo 200 exploraciones visuales gratuitas (122 de ellas a pacientes diabéticos y el resto a población de riesgo).
A partir de una imagen del fondo del ojo tomada con cámaras no midriáticas que no requieren dilatación de la pupila, cedidas por la empresa Optretina, el equipo especialista en retina de IMO desplazado a esta reunión anual diagnosticó siete casos de retinopatía diabética (cuatro en fase leve y tres moderada), además de dos alteraciones en la mácula posiblemente asociadas a la diabetes y cuyo diagnóstico debe ser confirmado con pruebas complementarias, entre los 87 adultos con diabetes que se sometieron a estos controles. Esto representa un 10% de patología ocular asociada a la diabetes, aunque la cifra aumenta hasta el 18% si también se tienen en cuenta los casos no relacionados directamente con la enfermedad diabética (tres cataratas, una degeneración macular asociada a la edad y tres nevus coroideos o “lunares” intraoculares).
Según explica la Dra. Cecilia Salinas, especialista en retina del Instituto de Microcirugía Ocular, “el número de pacientes con retinopatía diabética y otras complicaciones oculares que hemos encontrado en el Diabetes Experience Day es inferior a la media en estos casos y demuestra una gran implicación en el control de la enfermedad. Sobre todo, si consideramos que cerca de un 80% de los adultos que hemos visitado son diabéticos de tipo 1 y, por tanto, conviven desde hace años con esta patología crónica y de efectos acumulativos”.
A partir de los 15 años del debut de la diabetes, es habitual que más de la mitad de los pacientes presenten algún grado de alteración vascular en la retina y, a partir de los 30, casi todos muestran signos de retinopatía diabética. Por eso, la oftalmóloga añade que “nos ha llamado especialmente la atención ver, a través de las fotografías de fondo de ojo realizadas, a dos pacientes con cuatro décadas de evolución de su diabetes y una retina en perfectas condiciones, algo extraordinario y que demuestra el impacto positivo de la prevención en la salud ocular”.
Esta prevención, sin embargo, “debe empezar desde el primer momento en el que se diagnostica la diabetes y mantenerse a lo largo de los años, con constancia tanto en lo que se refiere al control metabólico y a la adopción de hábitos saludables, como a la visita rutinaria al especialista”, explica la Dra. Salinas. En este sentido, el hecho de que, además de los adultos, 35 niños con diabetes acudieran a las revisiones de la Fundación IMO en el Diabetes Experience Day, vuelve evidenciar la involucración de los participantes, cada vez más informados y concienciados desde la infancia.
El papel activo del paciente también se pone de relieve en las encuestas realizadas durante el evento a más de un centenar de personas diabéticas, un 97% de las cuales afirma ser conocedora del riesgo que la diabetes supone para la visión. Como destacan los encuestados, la iniciativa propia y el apoyo de las asociaciones contribuyen en gran medida a ello, aunque el papel de los endocrinólogos y médicos de familia es determinante: en un 80% de los casos son estos profesionales quienes alertan a los pacientes y los derivan anualmente para una revisión del fondo del ojo.
En consecuencia, de entre la amplia mayoría de encuestados que se somete a controles periódicos (89% de la muestra), un 80% lo hace una vez al año como recomiendan los especialistas. Asimismo, un 6% intensifica estas exploraciones cada tres o seis meses por indicación de su oftalmólogo, mientras que solo un 10% deja pasar dos o más años entre visita y visita.
Acudir puntualmente al especialista es fundamental para la detección precoz de posibles problemas derivados de la diabetes, siendo la retinopatía diabética el más frecuente y representando el 47% de las complicaciones entre los encuestados. En 3 de cada 4 casos, estas complicaciones se han dado en diabéticos con 15 o más años de evolución.