Una reciente investigación realizada en ratones y confirmada con datos en humanos, publicada en la edición digital de ‘Cell Metabolism‘ asegura que la diabetes tipo 1 parece aumentar el riesgo de enfermedades del corazón, la principal causa de muerte entre las personas con niveles altos de azúcar en sangre, en parte mediante la estimulación de la producción de calprotectina que es una proteína que despierta un proceso inflamatorio que alimenta a su vez la acumulación de placa que obstruye las arterias y que provoca la enfermedad cardíaca.
Se sabe que la diabetes tipo 1 aumenta el riesgo de aterosclerosis, una enfermedad en la cual los depósitos grasos conocidos como placa se acumulan dentro de las arterias, que con el tiempo, se endurecen y estrechan, lo que lleva a la enfermedad de la arteria coronaria y otras formas de enfermedades del corazón. La aterosclerosis es la causa principal de ataques cardíacos, accidentes cerebrovasculares y enfermedad vascular periférica, colectivamente conocida como enfermedad coronaria, la principal causa de muerte en Estados Unidos.
Los científicos han sabido que la diabetes tipo 1 conduce a la aterosclerosis, pero este estudio, dirigido por investigadores del Centro Médico de la Universidad de Columbia (CUMC), en Nueva York (Estados Unidos), en colaboración con científicos de las universidades de Nueva York y de Pittsburgh, ambas en Estados Unidos, muestra que esto se asocia con un aumento de los niveles circulantes de células inflamatorias blancas de la sangre (glóbulos blancos), que contribuyen a la acumulación de placa.
En estudios de ratones con diabetes tipo 1, los científicos encontraron que la alta azúcar en la sangre estimula un tipo de glóbulos blancos conocidos como neutrófilos inflamatorios que liberan la proteína. La calprotectina viaja a la médula ósea, donde se une a un receptor de superficie celular denominado receptor de RAGE en las células progenitoras mieloides comunes, que están involucradas en la producción de diversos tipos de células sanguíneas.
Esto, a su vez, conduce a la proliferación de las células conocidas como progenitoras de granulocitos y macrófagos, que desencadenan la proliferación incluso de más neutrófilos y monocitos y estos nuevos glóbulos blancos entran en la circulación y hacen su camino a las placas arteriales, lo que alimenta su progresión.
El total de glóbulos blancos, neutrófilos y el recuento de monocitos estaban todos significativamente asociados con el desarrollo de enfermedad de la arteria coronaria.
Los hallazgos subrayan la importancia de controlar los niveles sanguíneos para limitar la producción de células inflamatorias que lleven a la aterosclerosis, además de que sugieren nuevas estrategias terapéuticas, como la inhibición de la producción de calprotectina o prevenir su unión al receptor RAGE.
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