“Es un momento excitante en la investigación sobre regeneración de células productoras de insulina como terapia para la diabetes”, según valora el Dr. Adolfo García Ocaña, jefe del Departamento de Endocrinología Molecular y Celular del Instituto de Investigación Beckman/City of Hope Medical Center (Duarte, California), que ha inaugurado oficialmente el XXXIV Congreso Nacional de la Sociedad Española de Diabetes (SED), que se celebra desde hoy hasta el sábado en Valencia.

Una pequeña molécula que se llama harmina es capaz de incrementar enormemente el número de células humanas productoras de insulina en vivo, en modelos de ratón con islotes humanos trasplantados. Si tenemos en cuenta que la diabetes se caracteriza por una deficiencia en el número de células productoras de insulina, “estos hallazgos pueden tener una gran importancia para el tratamiento futuro de la diabetes”, según reconoce el Dr. García Ocaña, cuyo grupo de investigación también ha observado que “Harmina esta molécula, en conjunción con un anticuerpo anti-CD3 (teplizumab, recientemente aprobado por la FDA), induce la remisión de la diabetes tipo 1 en ratones diabéticos”.

Investigaciones avanzadas

Las promesas que ofrece esta línea de investigación han llamado la atención de la comunidad científica mundial, sobre todo por el futuro terapéutico que plantean. Tal y como admite el responsable de la conferencia inaugural, “existe una gran expectación sobre nuestros resultados con respecto a harmina y otras moléculas de esta clase de inhibidores de la diana intracelular DYRK1A que, en conjunto, han mostrado una alta eficacia en aumentar el número de células productoras de insulina.

Los resultados del grupo de investigación de García Ocaña, muchos de los cuales han sido presentados en los últimos dos años en la Sociedad Americana de Diabetes y han sido enviados recientemente para su publicación en revistas de alto impacto, indican que el tratamiento durante tres meses con harmina, en combinación con activadores del receptor de GLP1 (como el exenatida, semaglutida…), es capaz de aumentar siete veces la cantidad de células beta humanas en ratones trasplantados con islotes humanos. “Esto supone que una persona que sea diabética con un número limitado de células beta pancreáticas, podría multiplicar por siete ese número en tres meses de tratamiento. Esto es muy significativo”, resume el experto afincado en California.

De hecho, ya están muy avanzados y próximos a su finalización estudios clínicos en fase 1, que se están realizando en el Hospital Monte Sinaí de Nueva York. El objetivo es determinar la dosis máxima tolerable de harmina. Cada vez estamos más cerca de que harmina u otro inhibidor de la diana intracelular DYRK1A sea una realidad terapéutica para el tratamiento de la diabetes.

“Aunque siempre hay que ser cauto hasta que un medicamento es aprobado para cualquier tratamiento, estos son momentos muy apasionantes en la investigación sobre la regeneración de células beta pancreáticas para el tratamiento de la diabetes”, recalca el Dr. García Ocaña, quien asegura que “cada vez estamos más cerca de que esta investigación pueda dar lugar a una realidad terapéutica para el tratamiento de la diabetes”.