¿Puede la estatura predecir el riesgo de diabetes tipo 2?, pues a tenor de lo que les vamos a contar hoy, la respuesta es que sí.
La baja estatura se asocia con un mayor riesgo de diabetes tipo 2, según un nuevo estudio en ”Diabetologia”, la revista que publica la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes. Del mismo modo, la estatura alta se asocia con un menor riesgo, con cada 10 centímetro de diferencia de altura asociada con un 41% menos de riesgo de diabetes en hombres y un 33% menos de riesgo en mujeres.
El aumento del riesgo en individuos más bajos puede deberse a un mayor contenido de grasa en el hígado y un perfil menos favorable de factores de riesgo cardiometabólico, manifiestan los autores que incluyen al doctor Clemens Wittenbecher y al profesor Matthias Schulze, del Instituto Alemán de Nutrición Humana Potsdam-Rehbruecke, Alemania.
¿Por qué la baja estatura se relaciona con diabetes tipo 2?
La baja estatura se ha relacionado con un mayor riesgo de diabetes tipo 2 en varios trabajos anteriores, lo que sugiere que la altura podría usarse para predecir el riesgo de la afección. Se ha informado que la sensibilidad a la insulina y la función de las células beta son mejores en personas más altas. La baja estatura está relacionada con un mayor riesgo cardiovascular, un riesgo que en parte podría estar mediado por factores de riesgo cardiometabólico relevantes para la diabetes tipo 2, por ejemplo, presión arterial, grasas en la sangre e inflamación.
Además, la mayor longitud de la pierna se asoció con un menor riesgo de diabetes. Se observó una ligera diferencia de sexo: para los hombres, una mayor altura de sentado a costa de la longitud de la pierna estaba relacionada con un mayor riesgo, mientras que entre las mujeres, tanto la longitud de la pierna como la altura de la sentada contribuían a un menor riesgo. Los autores sugieren que, entre los niños, el crecimiento antes de la pubertad, que se relaciona más fuertemente con la longitud de la pierna, tendrá un impacto más favorable en el riesgo de diabetes posterior que el crecimiento durante la pubertad (suponiendo que los huesos troncales sean los últimos en dejar de crecer). Para las niñas, ambos períodos de crecimiento parecen ser importantes.
El estudio.
Este nuevo estudio utilizó datos obtenidos en la Investigación prospectiva europea sobre cáncer y nutrición (EPIC) – Potsdam. Este trabajo incluyó a 27,548 participantes -16, 644 mujeres de entre 35 y 65 años y 10,904 hombres de entre 40 y 65 años- reclutados de la población general de Potsdam, Alemania entre 1994 y 1998. Se recogió una amplia diversidad de datos físicos de los participantes, incluido el peso corporal, la altura total del cuerpo y la altura de la sesión (con la longitud de la pierna calculada como la diferencia entre los dos), la circunferencia de la cintura y la presión arterial. Para este estudio, se seleccionó aleatoriamente una subcohorte de 2.500 participantes (aproximadamente 10%) como representante para el estudio completo.