Los países del G7 han vuelto a darle la espalda a la diabetes, y eso que para la reunión de los más influyentes del globo la Federación Internacional de Diabetes organizó una importante campaña de sensibilización en redes sociales, pero ni siquiera con esas los países del G7 se han detenido a resolver el problema de la epidemia de diabetes mundial.
La diabetes sigue siendo un problema de salud global. Con 400 millones de personas que viven con diabetes en todo el mundo, esta epidemia no sólo amenaza la salud individual de las personas que la padecen, además es uno de los mayores obstáculos actuales para el desarrollo sostenible y el crecimiento económico por la cantidad de recursos económicos que se destinan para su cuidado en lugar de invertirlos en la prevención.
El dato aportado por la IDF para este movimiento que no ha tenido el impacto necesario es escalofriante. En los países del G7 cada minuto muere una persona a consecuencia de la diabetes, es decir que esto está ocurriendo en países como Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido. Las grandes potencias mundiales no están pudiendo frenar el avance de la diabetes y la diabetes sigue sin estar en las agendas de estos poderosos.
Hasta un 15% del presupuesto total de la asistencia sanitaria de los países del G7 actualmente se gasta en diabetes. En los países en rápido desarrollo como la India hasta el 25% de los ingresos anuales de los hogares se gasta en cuidado de la diabetes. Una carga humana y económica que además podría prevenirse con políticas educativas orientadas a ciertos cambios de hábitos instalados en el mundo moderno. No debemos olvidar que la diabetes es la octava causa de muertes en el mundo derivada de sus complicaciones por una mala gestión y desconocimiento.
Los países del G7 han tenido una oportunidad única para subrayar la importancia de las intervenciones en diabetes y la han dejado marchar, y desde Canal Diabetes lo que más nos preocupa es que una institución tan potente como la Federación Internacional de Diabetes no haya podido hacer nada para meter la diabetes en la agenda del G7. Si ellos no han podido, poco se puede esperar de los principales líderes del mundo.