Un estudio del Grupo de Investigación en Endocrinología, Nutrición, Diabetes y Obesidad, perteneciente al Instituto de Investigación Sanitaria del Principado de Asturias (ISPA), ha desvelado que la mortalidad por enfermedad cardiovascular es mayor entre mujeres jóvenes que tienen diagnosticada la Diabetes de Tipo 2.
A raíz de los datos obtenidos, los investigadores han concluido que la presencia de diabetes mellitus incrementa más de dos veces el riesgo de mortalidad por todas las causas respecto a los individuos que no la tienen. En cuanto a los motivos de fallecimiento de los individuos diabéticos, en ambos sexos domina la causa cardiovascular.
Sin embargo, a los investigadores les llama «poderosamente» la atención que las mujeres con diabetes tengan un riesgo de fallecer por enfermedad cardiovascular cinco veces mayor que los hombres con diabetes, que tienen mayor predisposición que las mujeres a desarrollar neoplasias.
El estudio, coordinado por el jefe de sección de diabetes del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Central de Asturias, Elías Delgado, y liderado en su última fase por la doctora Jessica Ares, ha sido publicado esta semana en la revista científica ‘Plos One’.
La investigación refleja que, de las 1.034 personas analizadas a lo largo de 18 años con edades de entre 30 y 75 años –48 con Diabetes diagnosticada, 83 sin diagnosticar, 296 con prediabetes y 607 con normoglucemia–, murieron 204. De ellas, 74 fallecieron a causa de enfermedades cardiovasculares, 72 por cáncer y 58 por otras causas. 32 de los fallecidos tenían Diabetes de Tipo 2 sin diagnosticar, 30 diagnosticada, 62 padecían prediabetes y 80 presentaban normoglucemia.
Necesidad de un diagnóstico precoz
Como los resultados obtenidos a lo largo de estos años desvelan que el exceso de mortalidad fue «especialmente notable» en las mujeres, el grupo de investigadores considera necesario inculcar a los servicios de Atención Primaria asturianos la necesidad de implementar estrategias de detección precoz de la diabetes tipo 2 entre las mujeres aparentemente sanas, ya que en este grupo de población los problemas cardiovasculares son más difíciles de detectar al ser «menos llamativos» los síntomas.
La investigadora Jessica Ares, en declaraciones a Europa Press, ha añadido en este sentido que «sería bueno» impulsar una campaña de diagnóstico precoz y concienciar a la sociedad sobre todo a las mujeres, de los riesgos de la diabetes.
Ares ha explicado además que la prevalencia de la mortalidad entre mujeres con diabetes es seis veces superior a la de los hombres. La investigadora ha precisado que esto se debe, entre otros factores, a que la diabetes «elimina la protección de los estrógenos». Es por ello que la mortalidad por enfermedades cardiovasculares es también alta entre mujeres tras la menopausia, cuando se produce un descenso en el nivel de esta hormona.
La investigación, denominada ‘Estudio Asturias, del 1998 al 2017. Riesgo de mortalidad en diabetes diagnosticada, diabetes no diagnosticada y prediabetes en población adulta’, es un estudio poblacional prospectivo de cohortes sobre diabetes y factores de riesgo cardiovascular que tiene como marco toda la población de Asturias.
La diabetes en Asturias
El estudio, que desveló que se dan 7.000 casos de diabetes al año en Asturias, se organizó en torno a cuatro fases, siendo la primera liderada por la doctora Patricia Botas, la segunda por el doctor Sergio Valdés, la tercera por la doctora Cecilia Sánchez-Ragnarsson, y la cuarta y última por la primera firmante del estudio, Jéssica Ares. La primera fase se llevó a cabo en los años 1998-1999 con el objetivo de determinar la prevalencia de DM2 y pre-diabetes en la población asturiana, labor desempeñada por la endocrina Patricia Botas. La muestra final fue de 1.034 individuos con edades entre 30 y 75 años.
Los resultados mostraron que el 11,3% de los participantes tenía diabetes (más del 60% de las personas no eran conscientes de ello), y el 13,5%, la categoría previa, prediabetes. El estudio desveló, en una primera fase de reevaluación, que las personas diabéticas tenían un riesgo de mortalidad en torno a tres veces mayor que las personas sin alteraciones en el metabolismo hidrocarbonado.
Tras 18 años, el grupo de investigadores ha actualizado nuevamente el estado vital de los asturianos participantes en 1998, calculando la tasa de mortalidad por todas las causas, por enfermedades cardiovasculares y cáncer según alteraciones del metabolismo hidrocarbonado en 1998.
Durante el seguimiento, 204 personas fallecieron, lo que condiciona una tasa de mortalidad por 1.000 personas año del 10,96%, siendo tres veces mayor en la población con diabetes conocida en 1998 y dos veces mayor en la población con diabetes diagnosticada ese año.