Investigaciones recientes sugieren que la obesidad está vinculada a un proceso inflamatorio crónico. Este estado, caracterizado
por elevados niveles de citoquinas proinflamatorias, se concentra principalmente en el tejido adiposo blanco. Citoquinas como TNF-a e IL-6 son secretadas por el tejido adiposo, y el exceso de nutrientes puede desencadenar la inflamación crónica, atrayendo macrófagos al tejido adiposo. Esta inflamación local puede extenderse, desencadenando un círculo vicioso y contribuyendo al desarrollo de desórdenes asociados, como resistencia a la insulina y complicaciones vasculares. Comprender la relación molecular y fisiológica entre la inflamación y la resistencia insulínica es esencial para abordar los desafíos del síndrome metabólico cardiovascular.

Además, estos pacientes suelen cursar con el síndrome de apnea obstructiva del sueño (AOS) como un desafío médico que va más allá de los inconvenientes del ronquido y la somnolencia diurna. Esta enfermedad crónica se caracteriza por episodios repetidos de colapso de las vías respiratorias superiores durante el sueño, provocando obstrucciones parciales o totales, desaturación intermitente de oxígeno. Aunque se ha prestado atención creciente a la relación entre el AOS y la mortalidad, especialmente en el contexto de enfermedades cardiovasculares, la naturaleza exacta de esta asociación sigue siendo objeto
de investigación.

La evidencia científica

La evidencia respalda la hipótesis de que la apnea obstructiva del sueño puede desempeñar un papel en el desarrollo y la progresión de condiciones cardiovasculares. Entre los posibles riesgos asociados se encuentran la hipertensión esencial y resistente, así como un mayor riesgo de accidente cerebrovascular, alteraciones del ritmo cardíaco (como fibrilación auricular, bradiarritmias y arritmias supraventriculares y ventriculares), enfermedad de las arterias coronarias, infarto agudo de miocardio e insuficiencia cardíaca.

Aunque aún se desconoce si actúa como un factor de riesgo independiente o simplemente desencadena enfermedades cardiovasculares en presencia de factores de riesgo tradicionales como obesidad, diabetes y dislipidemia, se postula una relación biológica. Los mecanismos subyacentes en la patogénesis de la apnea obstructiva del sueño, como la hipoxia, hipercapnia, presión intratorácica negativa, micro excitación, hiperactividad simpática, cambios metabólicos y hormonales, estrés oxidativo, flogosis, disfunción endotelial, hipercoagulabilidad y predisposición genética, podrían estar implicados en los trastornos cardiovasculares.

La prevención es clave en el manejo

En la intersección entre la apnea obstructiva del sueño y la salud cardiovascular, surge la necesidad de una comprensión más profunda. La identificación temprana y el manejo adecuado del apnea obstructiva del sueño podría no solo mejorar la calidad de vida de los pacientes, sino también potencialmente influir en la prevención y el tratamiento de condiciones cardiovasculares.

Agustín Uriburu

TerapiaCPAP

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