De las más de 20 millones de muertes que se produjeron en 2021 a causa de enfermedades cardiovasculares, 4 de cada 5 se dieron en países de ingresos bajos y medios, donde la pobreza está muy extendida y estas patologías son la principal causa de muerte en adultos, según el último Informe Mundial del Corazón de la Federación Mundial del Corazón (WHF).

Estas elevadas cifras transcurren en paralelo a las de enfermedades metabólicas como la diabetes y la hipertensión, dos factores de riesgo clave para las complicaciones cardiovasculares y que se encuentran entre las tres principales causas de muerte y discapacidad a nivel mundial.

Reciente investigación sobre los efectos sanitarios de la pobreza

A esto se suman los resultados de una reciente investigación, según la cual los países con menos ingresos no se encuentran preparados para hacer frente al aumento de estas patologías. De esta forma, la mayoría de los centros de salud en estas regiones no disponen de los medicamentos clave ni de los recursos humanos necesarios para dar una atención adecuada a los pacientes con diabetes tipo 2 o hipertensión.

Para hacer este estudio, investigadores de la universidad de Birmingham analizaron datos de encuestas de salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en ocho países de ingresos bajos y medios, concluyendo que la mayoría de sus instalaciones no están preparadas para brindar servicios para tratar o controlar los factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares, como la diabetes y la hipertensión.

En África el 50% de los países no tienen medicamentos frente a las enfermedades cardiovasculares

A estos datos se añaden los del informe de la WHF sobre la pobreza en el mundo, en el que se refleja cómo el nivel más bajo de implementación de políticas de control de estas patologías se encontró en África Subsahariana, donde más del 50% de los países no tienen disponibilidad de medicamentos para hacer frente a las enfermedades cardiovasculares en los centros de Atención Primaria o un Plan Nacional para el adecuado abordaje de estas patologías.

Estas desigualdades ponen de manifiesto cómo el contexto social, económico y geográfico perfila el mapa del riesgo de aparición y desarrollo de patologías crónicas como la diabetes tipo 2. En este caso, el hecho de pertenecer a un país de ingresos bajos es un factor que se enmarca dentro de los llamados “determinantes sociales de la salud”, definidos por la OMS como «las circunstancias en que las personas nacen crecen, trabajan, viven y envejecen, incluido el conjunto más amplio de fuerzas y sistemas que influyen sobre las condiciones de la vida cotidiana».

Campaña «Más que diabetes»

En esta definición se incluyen factores generales como el contexto socioeconómico y político o la calidad del sistema de atención de salud; así como otros más individualizados, como puede ser el nivel de educación, los ingresos o el género. Con la campaña “Más que Diabetes” la Federación Española de Diabetes (FEDE) busca, junto con MSD, dar visibilidad a estos aspectos del desarrollo y control de la diabetes tipo 2, así como reivindicar que se tengan en cuenta en la investigación clínica en diabetes y en la toma de decisiones en salud.

Fuentes: https://world-heart-federation.org/wp-content/uploads/World-Heart-Report-2023.pdf