Leíamos esta misma semana en los medios de comunicación generalista que el 94% de las personas con diabetes que viven en España a penas reciben apoyo psicológico. Alrededor de la diabetes existe una multitud de patologías que condicionan la esperanza y la calidad de vida de los pacientes. Más allá del abordaje de la enfermedad desde el punto de vista farmacológico y terapéutico, que obviamente resulta de enorme importancia, un tratamiento adecuado del paciente requiere asistencia psicológica, que permita conocer la opinión y las inquietudes de los enfermos.
Esta es la principal conclusión que arroja un estudio de la Federación de Diabéticos Españoles, el Consejo General de Colegios de Psicólogos y la Fundación AstraZeneca, que alarma sobre el hecho de que la mayoría de los pacientes con diabetes no hayan recibido ningún tipo de apoyo psicológico.
Según esta encuesta, el 41% de los pacientes que han recibido apoyo psicológico ha accedido a éste a través de su centro hospitalario de referencia, un porcentaje similar en el caso de los enfermos que acuden a centros privados. Un dato que, según Andoni Lorenzo, presidente de la Federación de Diabéticos Españoles, «genera inquietud porque es un indicativo de que la sanidad pública no está cubriendo una demanda necesaria».
El estudio señala que las manifestaciones emocionales más habituales entre los enfermos tras el diagnóstico son la incertidumbre y el miedo (34%), la ansiedad y el enfado (30,5%), el estrés (28,5%) e incluso la depresión (18,5%). Capítulos todos ellos en los que el papel del profesional para un buen apoyo psicológico se torna fundamental.
Por otra parte, un 58,3% de los pacientes considera el apoyo psicológico a escala profesional un tratamiento de bastante utilidad para afrontar la enfermedad, un proceso de normalización que según los expertos requiere tiempo y esfuerzo. Si al final es la persona la que tiene que tomar las grandes decisiones para controlar su diabetes su correcto estado psicológico es trascendental.