En un estudio publicado esta semana en Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos, un equipo de investigadores concluye que en los ratones una especie de bacteria concreta juega un papel importante en el control de la obesidad y los trastornos metabólicos como la diabetes tipo 2.

La bacteria llamada Akkermansia muciniphila, digiere moco y constituye el 5% de los microbios en un intestino de los mamíferos sanos. Pero los intestinos de los seres humanos y ratones obesos, y aquellos con diabetes tipo 2, tienen niveles mucho más bajos de la misma. Un equipo dirigido por Patrice Cani, que estudia la interacción entre las bacterias intestinales y el metabolismo en la Universidad Católica de Lovaina en Bélgica, decidió investigar la relación entre ambos.

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Los ratones que fueron alimentados con una dieta alta en grasas tenían 100 veces menos A. muciniphila en sus entrañas que los ratones alimentados con dietas normales. Los efectos de este tratamiento fueron dramáticos. En comparación con los animales no tratados, los ratones perdieron peso y tenía una mejor proporción de grasa en la masa corporal, así como la reducción de resistencia a la insulina y una capa más gruesa de moco intestinal. También mostraron mejoras en una serie de otros indicadores relacionados con la obesidad y los trastornos metabólicos.

El equipo de Cani ha comenzado desenredar los complicados mecanismos a través del cual la bacteria puede afectar al metabolismo. La restauración de los niveles normales de la mencionada bacteria condujo a un aumento de los niveles intestinales de los endocannabinoides, las moléculas de señalización que ayudan a controlar los niveles de glucosa en sangre y mantener las defensas del intestino contra los microbios nocivos.

Cani cree firmemente que la bacteria A. muciniphila un día podría ser usada para tratar trastornos tales como la obesidad, la diabetes tipo 2 y la colitis en los seres humanos.

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