Fútbol y glucosa, ¿guardan relación? Esta semana el ejercicio físico, la nutrición y el control del nivel de azúcar en sangre están en boca de todos. Y es que Luis Enrique, el seleccionador nacional, ha estado compartiendo desde su canal de Twitch algunas anécdotas del día a día del equipo. 

En uno de esos directos, en los que suele hablar también mucho de su alimentación y su rutina de ejercicios, mostró un parche que “indica la glucosa, es decir, el nivel de azúcar en sangre en función de lo que haya comido”

Ya sabéis, prosiguió el entrenador Luis Enrique, “que cuando uno mete un pico de azúcar en sangre, el páncreas tiene que segregar insulina para bajar ese azúcar en sangre porque no es lo más adecuado para nuestra salud”

Pero estos días muchas personas se preguntan, ¿son realmente útiles este tipo de aplicaciones para personas que no padecen enfermedades como la diabetes? ¿son fiables?

Y lo más importante: ¿están las personas en general preparadas para interpretar una gráfica de glucosa? 

Pues a juicio de algunos expertos en diabetes parece que no, y os lo explicamos a continuación.

Glucosa e insulina: ¿qué debemos saber?

Luis Enrique en su directo habla de «subidón de azúcar» en un tono perjudicial, como si la subida de azúcar no fuera normal.

La doctora Elena García, miembro del Comité Gestor del Área de Diabetes de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) y entrevistada por el periódico La Voz de Galicia, se mostraba hace unas horas sorprendida ante el uso que daba el seleccionador a este tipo de dispositivos.  Pero es que eso es la fisiología; así funciona el cuerpo humano. Y no solo sucede tras la ingesta de azúcar, sino que también sube con los hidratos de carbono. Yo no soy diabética y mi páncreas también lo hace”.

Cada vez que comemos, nuestro nivel de glucosa en sangre se eleva. Se trata de un proceso fisiológico natural del cuerpo. Nuestro páncreas segrega una hormona llamada insulina para contrarrestar este pico de azúcar y recuperar el nivel basal. El cuerpo humano regula por sí solo nuestros niveles de azúcar en sangre.

El problema con los picos de glucosa estará en si se vuelven crónicos y no se reducen en el tiempo. Un proceso que sufren los pacientes con diabetes y que deben contrarrestar en diabetes tipo 1, y en algunos casos con diabetes tipo 2 medicándose con insulina.

¿Son fiables los sensores?

En este sentido los expertos afirman que los sensores de medición continua de glucosa funcionan muy bien para aquello para lo que han sido diseñados. Es decir, para que las personas con diabetes puedan medir de manera constante su nivel de azúcar en sangre, y siempre bajo la supervisión de un profesional médico para poder interpretar los resultados de forma correcta. 

Ismael Galancho, técnico superior en dietética e investigador, comenta que se ha atribuido que altos picos de glucosa después de comer son malos, y eso no es verdad, o no siempre es así. Cuando comemos, siempre se eleva la glucosa. Siempre. Sobre todo si ingerimos hidratos de carbono. Y esto no es algo patológico, es algo fisiológico y normal. Lo patológico sería que, una vez elevados estos pico de glucosa, pasasen muchas horas y no bajaran. Ahí sí tendríamos un problema

El problema, insiste, es que haya alguien que tener el azúcar en niveles altos es sinónimo de algo nocivo para la salud. Aquí está el error. Que se eleve la glucosa y que a las dos o tres horas baje, lo que nos está indicando es, precisamente, que todo está bien, que hay una buena sensibilidad a la insulina y que no existe ni diabetes ni prediabetes. ¿Pero qué ocurre?, que la gente usa estos sistemas de medición por su cuenta sin tener formación ni asesoría intentando que no se le eleven sus niveles de glucosa

¿Cuándo debería consultar al médico?

Los expertos recuerdan que únicamente supone un problema cuando la glucosa está elevada en sangre de manera crónica, ya que podría provocar una enfermedad cardiovascular. 

Algunos factores de riesgo serían una mala alimentación o no hacer ejercicio de manera regular. Estos factores de riesgo, apuntan, pueden provocar que la insulina que secreta el páncreas no sea capaz de equilibrar la glucosa en sangre, se genere resistencia a la insulina y se acabe padeciendo algún tipo de diabetes.