Un equipo de investigadores ha descubierto un vínculo entre el consumo de nicotina y el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. El estudio, publicado en la portada de la revista “Nature”, explica la investigación desarrollada desde la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai (EE.UU).

La investigación sugiere que el consumo de nicotina podría estar vinculado, mediante un circuito cerebral, con la actividad del páncreas, haciendo que este libere menos insulina. Una disminución en la producción de insulina aumentaría el nivel de azúcar en sangre, asociado con un mayor riesgo de padecer diabetes.

Los científicos han determinado protagonista al llamado factor de transcripción 7 like 2 (Tcf7l2). Se trata de un gen asociado a la diabetes, que regula la expresión de genes en páncreas e hígado, determinantes de los niveles de glucosa en sangre. Gestiona también la respuesta de las células en la habénula, el área del cerebro que controla los comportamientos de recompensa y aversión que este emite ante el consumo de nicotina.

La investigación determina que, el Tcf7l2, controla una vía que comunica la habénula con el páncreas, conexión que explica las subidas de glucosa en sangre provocadas por el consumo de nicotina. Para entender esta asociación, el equipo de investigación eliminó el gen Tcf7l2 de los ratones sobre los que se ha desarrollado el estudio.

Los ratones manipulados genéticamente, que carecían de el gen Tcf7l2, consumían mayores niveles de nicotina, a la vez que mostraban una reducción en los incrementos de glucosa en sangre. Por lo que estaban más protegidos frente a la aparición de anomalías asociadas a la diabetes.

Conclusiones del estudio

Nuestros hallazgos son importantes porque describen un mecanismo que controla las propiedades adictivas de la nicotina y, sorprendentemente, muestran que los mismos circuitos cerebrales relacionados con la adicción también contribuyen a las enfermedades relacionadas con el tabaquismo. Anteriormente se pensaba que estaban asociadas con las acciones del tabaco fuera del cerebro», explica Paul J. Kenny, autor principal del artículo.

Estos hallazgos sugieren que, las variaciones en el gen Tcf7l2, pueden ser capaces de influir en el riesgo de adicción al tabaco, así como en el desarrollo de diabetes tipo 2, asociada a personas fumadoras.

Por lo tanto, la diabetes tipo 2, al igual que otras patologías como la hipertensión o la enfermedad cardiovascular, comienzan en el cerebro e implican una serie de interacciones, inducidas por el consumo de nicotina, entre la habénula y el sistema nervioso periférico.