Se define la frecuencia cardíaca como las veces que el corazón realiza un ciclo completo de llenado y vaciado de sus cámaras en un determinado tiempo.
Un procedimiento técnico que vulgarmente o solemos expresar como contracciones o pulsaciones por minuto, ya que cuando nos tomamos el pulso lo que notamos es la contracción del corazón (sístole), es decir cuando este órgano vital expulsa la sangre hacia el resto del cuerpo.
Cuando comenzamos un plan de acondicionamiento físico o hemos decidido comenzar a entrenar, tiene una importancia relevante conocer cuales es la medición de la frecuencia cardíaca de nuestro corazón. Es el termómetro que nos permitirá saber si estamos trabajando correctamente o no. Buscando un símil con el mundo del motor, no permitirá saber si llevamos muy revolucionado el motor o está trabajando en sus revoluciones correctas.
¿Cómo se calcula la frecuencia cardíaca máxima?
Antes de arrancar cualquier tipo de ejercicio físico deberíamos conocer cual es nuestra frecuencia cardíaca máxima. Es decir, a partir de que momento mi corazón está trabajando por encima de sus posibilidades.
La formula más habitual para medirlo, pero no la más exacta, consiste en restar nuestra edad a una serie de pulsaciones establecidas dependiendo de si eres hombre o mujer. Te explico; si eres varón deberás restar a 220 pulsaciones tu edad. De tal manera que si por ejemplo estamos hablando de un varón de 37 años, su frecuencia cardíaca máxima será (220-37) 183 pulsaciones por minuto. Por encima de esas pulsaciones o contracciones el corazón se cansa más y su trabajo no es óptimo.
En una mujer ocurre lo mismo. La única diferencia es que en lugar de restar la edad a 220 pulsaciones, en este caso se restaría a 226. De tal forma que si una mujer de 30 años decide hacer ejercicio con regularidad deberá saber que su frecuencia cardíaca máxima es (226-30) 196 pulsaciones por minuto.
Esta formula no tiene en cuenta las características individuales de cada persona, pero si permite tener una idea general de nuestra situación.
Una vez tengamos ese dato comprobado deberemos aplicarlo para nuestro ejercicio diario. Por ejemplo, si empezamos a hacer deportes después de un largo periodo de inactividad, nuestras pulsaciones deberán estar entre el 50% y el 75% de nuestra máxima. Es decir si nuestra máxima son 180 pulsaciones, para empezar deberemos trabajar entre 90 y 135 pulsaciones por minuto.
Si nuestra condición física es aceptable el porcentaje aumenta del 60% al 75%, y con un buen nivel de preparación entre el 60% y el 85%.
Un último consejo. Comprar o adquirir un pulsómetro, es la mejor manera de controlar el ritmo de nuestro corazón.