Está científicamente y estadísticamente comprobado. La dieta mediterránea ayuda a ser feliz. Piénselo bien, ya no hace falta costearse unas vacaciones en el Mediterráneo, en las famosas islas griegas para disfrutar de una dieta mediterránea y sentirse fenomenal. Ahora no hace falta, si quiere ahorrar en estos tiempos de crisis, ni salir de casa.
Varias investigaciones apuntan a que aquellas personas cuya base alimenticia son las frutas y verduras frescas, los frutos secos, las legumbres y el aceite de oliva, completada ocasionalmente con lácteos , aves de corral, pescado y vino, no sólo tienen un cuerpo más sano, sino que además su sistema emotivo funciona mejor. Son más felices en conclusión.
La dieta mediterránea ha sido considerada por organizaciones como la Asociación Americana del Corazón , la Clínica Mayo o la Clínica de Cleveland como saludable para el corazón, para combatir el cáncer, la diabetes, pero además ahora como clave para nuestro estado de ánimo.
El estudio base compara cómo los alimentos de una dieta mediterránea tradicional (específicamente verduras, frutas, aceite de oliva, legumbres y frutos secos ) afectan al estado de ánimo general en comparación con una dieta occidental moderna basada en dulces, refrescos y comida rápida. Los participantes que comían muchas frutas y verduras frescas, eran mucho más felices que aquellos que no lo hacían. Curiosamente, comer carnes rojas y comidas rápidas suele poner a las mujeres de mal humor, pero no parece afectar a los hombres.
Estas conclusiones se obtuvieron de 20 mil personas encuestadas entre los años 2002 y 2006 en Estados Unidos, donde la dieta mediterránea no está tan extendida como en España.
La explicación de la relación de esta dieta con nuestro estado de ánimo se encuentra en las grasas saludables que están presentes en la dieta mediterránea. Estas estimulan una proteína de nuestro organismo que afecta directamente al cerebro y nuestras emociones según muchos estudios realizadas. En una encuesta de hace casi 10 años, los investigadores encontraron que una mayor ingesta de frutas y verduras se relacionó con una menor probabilidad de trastornos del estado de ánimo como la depresión, la angustia y la ansiedad.
Así que podemos concluir después de innumerables referencias que un camino rápido al estado de bienestar podría encontrarse en la aplicación de la dieta mediterránea a la vida de las personas.