Entre un 33 y el 58% de los hombres con diabetes tipo 2 presentan hipogonadismo o andropausia, un proceso caracterizado fundamentalmente por la disminución de la hormona testosterona en el organismo; se estima, además, que más de un 42,4% de los varones con edades comprendidas entre los 61 y los 75 años tienen diabetes 2. En base a estos datos, “esto podría suponer que en nuestro país hay entre 500.000 y 900.000 pacientes con ambas entidades, es decir, con andropausia y diabetes”, señala el Dr. Carlos Balmori Boticario, urólogo especialista en Medicina Sexual y Regenerativa de Lyx Institution (Madrid) que ha participado en la mesa redonda organizada conjuntamente la Sociedad Española de Diabetes (SED) y la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN).

La sesión, que se ha llevado a cabo en el transcurso del XXXII Congreso Nacional de la SED, ha servido para revisar aspectos controvertidos y de actualidad de la función sexual a partir de los 50 años, con la aportación de una visión particular de distintos especialistas sobre el impacto de la diabetes en la menopausia y la andropausia, y de la senescencia en las personas trans.

Andropausia en el varón con diabetes

A partir de los 50 años aparecen en el varón una serie de signos externos e internos que indican una etapa de andropausia o hipogonadismo, con la disminución de la testosterona en el organismo, una hormona que se produce en las glándulas (gónadas) testiculares. En su charla, el Dr. Carlos Balmori ha aclarado qué se entiende por andropausia, y si existe realmente esa entidad clínica o es una evolución natural del envejecimiento; además, ha tratado de resolver la duda de si el comportamiento de la andropausia es el mismo en personas con o sin diabetes.

La andropausia en el varón con diabetes no presenta importantes rasgos diferenciales, aunque se advierten algunos aspectos significativos a tener en cuenta. “En el diabético de larga evolución, los problemas vasculares y neuropáticos afectan a la capacidad de erección, mientras que su disminución o interés por la actividad sexual no es tan acentuado o no suele presentarse antes de la propia disfunción”, ha señalado el Dr. Balmori; y es que, en el caso del varón ‘andropaúsico’ sin diabetes, “la falta de deseo y la apatía suelen preceder a la disfunción eréctil”, ha aclarado este urólogo.

Existe una relación estrecha entre la andropausia y la diabetes. La afectación que producen ambas entidades incide en el eje hipotálamo-hipofisario y en el testículo, “por lo que sus efectos son, en ocasiones, superponibles y, en otras, sumativos, ha indicado Carlos Balmori, quien ha recalcado la importancia de “conocer los procesos fisiopatológicos comunes entre diabetes tipo 2 e hipogonadismo de inicio tardío”, así como ha subrayado que “el tratamiento y control de cada una de estas entidades mejora la otra y, que de ser necesario, el uso de testosterona es beneficioso y seguro.

Como recomendación práctica para tratar de prevenir o controlar los problemas de andropausia en varones con diabetes, este experto ha calificado como fundamental que, dentro las revisiones endocrinológicas, “hay que controlar también el perfil hormonal testosterona, FSH, LH, para tratar de detectar tempranamente el hipogonadismo”. Además, “es muy importante evitar el sedentarismo y la obesidad: el ejercicio es clave para mantener niveles de testosterona óptimos y prevenir el sobrepeso”.

Menopausia y diabetes

Por su parte, el Prof. Nicolás Mendoza Ladrón de Guevara, del Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Granada, ha expuesto las peculiaridades de la menopausia en la mujer con diabetes y también ha incidido en la seguridad y beneficios que ofrece en estos casos la terapia hormonal de la menopausia (THM).

En general, según este profesor de la Facultad de Medicina de la UGR, “la menopausia se vive de forma ‘amable’ en la mayoría de las mujeres, incluidas las que tienen diabetes”. Sin embargo, tal y como ha reconocido, “hay un porcentaje de mujeres, cercano al 20-25%, que necesitan ayuda médica por la intensidad de su sintomatología (sofocos, insomnio,…)”. En este aspecto no se aprecian diferencias significativas entre la mujer con diabetes controlada o sin diabetes.

En cuanto a la función sexual, se sabe que algunas mujeres diabéticas más mayores (pasados los años de transición de la menopausia) pueden presentar más disfunciones sexuales, pero aún no se ha podido establecer la causa. De ahí que el consejo general en estos casos es seguir las recomendaciones generales de salud para cualquier mujer, especialmente en lo que concierne al cuidado de la dieta y el ejercicio.

Para el Prof. Nicolás Mendoza, “no hay razón para que la mujer que esté tomando THM lo deje de hacer o disminuya su dosis por el hecho de tener diabetes”; al contrario, algunos parámetros cardiometabólicosmejoran usando THM.

Senescencia en las personas trans

En esta sesión también se han evaluado aspectos determinantes del periodo en que las personas trans consideraran que se encuentran en la misma fase de la menopausia en las mujeres cisgéreno (cis) o de la andropausia en el caso de los hombres cis, revisando especialmente los efectos del tratamiento hormonal de afirmación en las personas trans; en este sentido, se ha insistido en ajustar la dosis del tratamiento hormonal de afirmación especialmente en mujeres trans con más de 50 años, defendiendo un uso preferente de estrógenos transdérmicos pasados los 40 años (por el riesgo de trombosis).

En las personas trans, como ha transmitido la Dra. Marta Toni García, del Servicio de Endocrinología, Diabetes y Nutrición del Hospital de Navarra (Pamplona), “la presencia de diabetes en la senescencia supone un riesgo cardiovascular añadido y, por lo tanto, un motivo más de cuidado y atención”.

En general, se aconseja estrechamente vigilar los factores de riesgo cardiovascular. “Es esencial que las personas trans tengan bien controlados los factores de riesgo cardiovasculares clásicos (como la diabetes, hipertensión, dislipemia), así como es necesaria en esta población la realización del screening habitual de carcinomas y la evaluación reglada de la posible presencia de osteoporosis (siendo importante tratar de mantener la densidad mineral ósea)”, según la Dra. Marta Toni García.