Aún hay muchas personas con diabetes que no consiguen controlar adecuadamente la glucemia postprandial, es decir, los niveles de azúcar después de las comidas. Y para el doctor Ángel Merchante, jefe del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital General Universitario de Castellón y presidente de la Sociedad Valenciana de Endocrinología, Diabetes y Nutrición, este es uno de los principales aspectos a mejorar en el cuidado de las personas con diabetes. Así lo ha puesto de manifiesto durante su intervención en el Diabetes Experience Day, que acaba de celebrarse en Castellón.

En palabras de este experto, “la glucemia postprandial es determinante para alcanzar, en diabetes tipo 1 y 2, los objetivos glucémicos de hemoglobina glicosilada (HbA1c), parámetro que mide el azúcar en sangre de los últimos tres meses y sirve para evaluar si la persona con diabetes está bien controlada o no. Al respecto, el doctor añade que “la hemoglobina glicosilada es el principal determinante de las complicaciones crónicas microvasculares de la diabetes (retinopatía, nefropatía, neuropatía). Pero, además, las grandes variaciones en la glucemia postprandial determinan una mayor variabilidad en el control glucémico. Una variabilidad que se relaciona directamente con un mayor riesgo de hipoglucemias y de mortalidad por enfermedades cardiovasculares”.

La glucemia postprandial puede presentarse con picos muy elevados y provocar una hiperglucemia postprandial excesiva, es decir, una subida de azúcar desmesurada tras una comida. Motivo por el cual el doctor Merchante pone de relieve que a las personas con diabetes hay que concienciarles sobre este tema.

Medir, concienciar y tratar

Como constata el doctor Merchante, “la monitorización continua de glucosa en tiempo real ha ayudado a muchas personas con diabetes a ser conscientes del problema que supone la glucemia postprandial y del impacto de la misma en el control de su diabetes. De hecho, la mayoría de personas con monitorización continua nos solicitan cambios en su pauta de insulina, en sus patrones de alimentación y en sus dosis de insulina prandial para mejorar la misma”. En cualquier caso, “sigue siendo habitual la no realización de los controles de glucemia después de las comidas. Esto impide conocer que el problema existe, que es una realidad”, advierte.

Por eso, ante esta situación el doctor pone de relieve que “a las personas con diabetes no sólo hay que enseñarles a comer correctamente, sino también a ajustar la dosis de insulina en función de lo que van a comer y el tiempo que debe transcurrir desde la administración hasta la comida. En definitiva, hay que educar al respecto”. Para ello, el doctor comenta que las personas con diabetes deben concienciarse de que la diabetes se controla tanto con la glucemia en ayunas como con la posprandial. “Se les debe motivar para la realización de controles de glucemia después de las comidas. Además, otro aspecto dentro de la educación sería el aprendizaje del ajuste de la dosis de insulina rápida en función de las raciones de hidratos de carbono y los controles de glucemia posprandial. Y, finalmente, el profesional sanitario debe seleccionar un análogo de insulina de acción rápida eficaz y que permita flexibilidad para su administración justo antes o incluso después de las comidas”.

Optimismo ante las innovaciones terapéuticas

El papel de la insulina prandial es fundamental en el control de la glucosa posprandial en diabetes tipo 1 y en personas con diabetes tipo 2 de larga evolución y con insulinopenia. “Los análogos de acción rápida disponibles hasta el momento tenían lo que conocemos como un “gap fisiológico”, es decir, precisaban de una administración 20 minutos antes de la comida para cubrir el pico de glucosa posprandial. Y la inmensa mayoría de los pacientes se inyectan la insulina rápida en el momento de la comida o incluso al terminar la misma, cuando ya saben lo que han comido, lo que contribuye a un peor control de la glucemia posprandial”.

Sin embargo, añade, “recientemente se ha comercializado en España un análogo de insulina de acción rápida, denominado faster aspart, que puede ayudar a las personas con diabetes a mejorar el control postprandial, ya que su inicio de acción es más rápido que el resto de los análogos de acción rápida, permitiendo mayor eficacia si se administra justo antes de comer e incluso si se administra al terminar de comer. Por tanto, reúne tres importantes ventajas como la rapidez, eficacia y flexibilidad”.

 

No obstante, el doctor Merchante incide en “la necesidad de individualizar el tratamiento y revisar y adaptar este tratamiento a lo largo de la vida de la persona con diabetes”.