España gasta unos 40 millones al año en la atención médica de las personas con diabetes que sufren episodios de hipoglucemias graves, según se desprende de los resultados del estudio desarrollado por Novo Nordisk “Actitudes ante la diabetes, deseos y necesidades 2” (DAWN2 por sus siglas en inglés) referentes a España, presentados en el XXXIV Congreso de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (semFYC).
Las hipoglucemias graves son aquellas bajadas importantes de azúcar en sangre que requieren la asistencia de un tercero, ya sea un familiar o un profesional sanitario, llegando a ser necesario el traslado mediante transporte sanitario, la visita a un servicio de urgencias e incluso el ingreso hospitalario de unos siete días de estancia por acontecimiento adverso. Como consecuencia, cada hipoglucemia grave le cuesta al Estado una media de 3.550 euros.
“La carga social de las hipoglucemias graves es muy significativa –constata la enfermera y educadora en diabetes Alejandra López–. No sólo por el gasto sanitario, sino también por el laboral. Las empresas españolas gastan hasta 2.270 euros anuales por cada episodio de hipoglucemia grave que sufre uno de sus trabajadores con diabetes y por el absentismo laboral que provoca”. De hecho, se estima que el 25% de las personas que sufren hipoglucemias permanecen una media de tres días de baja.
Probabilidad de ansiedad y depresión en las personas con diabetes
Además del coste sanitario y laboral, existe el riesgo de que las personas con diabetes que sufren bajadas de azúcar graves con frecuencia experimenten niveles de ansiedad altos o incluso depresión. “Se calcula que estos pacientes tienen entre dos y tres veces más probabilidades que la población general de padecer trastornos afectivos –dice Iñaki Lorente, psicólogo especializado en diabetes y miembro del Panel de Expertos del estudio DAWN2.– Esto tiene que ver con un mal control glucémico, con el hecho de que perciban su calidad de vida como baja y, especialmente, con la carga del tratamiento que recae sobre el propio paciente en gran medida. En la diabetes, a diferencia de otras enfermedades, es la persona la que debe responsabilizarse mayoritariamente de su tratamiento”.
Según el estudio DAWN2, el 66% de los pacientes con diabetes tipo 1 tienen unos niveles de ansiedad altos, llegando a ser susceptibles de depresión en el 9% de los casos. “En cuanto a las personas con diabetes de tipo 2, sin embargo, hay un dato curioso que se repite en este estudio –explica Lorente– y es que aquellos que no reciben ningún tipo de medicación sufren mayor ansiedad, el 54%, y probabilidad de depresión, el 20%, que los que sí se medican mediante antidiabéticos orales, el 35% y 12% respectivamente”.
Por todo lo expuesto, evitar las hipoglucemias debe ser prioritario en la atención y tratamiento de la diabetes. “La persona que ha experimentado episodios de hipoglucemia grave tiene miedo a sufrirlas de nuevo –afirma la educadora Alejandra López.– Esto le lleva a modificar su medicación en muchos casos. El peligro es que este control inadecuado pueda derivar en la aparición de comorbilidades cardiovasculares o neurológicas”.
El estudio DAWN2, basado en encuestas personales, supone una visión completa sobre la atención que recibe la persona con diabetes desde tres perspectivas fundamentales: el propio paciente, su familia y el profesional sanitario. “En general, la percepción del paciente es positiva –dice el Dr. Domingo Orozco, vicepresidente de la semFYC.– No obstante, debe incentivarse la identificación de factores de riesgo y el uso de fármacos que reducen la incidencia de hipoglucemias graves para evitar sus consecuencias negativas en la vida social y afectiva del paciente, así como el detrimento de su salud”.