Un equipo de investigadores de la Universidad de Warwick cree haber dado con una manera diferente a la tradicional prueba de pinchazo en dedo para comprobar los niveles de glucosa en sangre. IA y ECG se muestran como alternativas el pinchazo.
Se trata de un sistema novedoso que, mediante la tecnología, puede detectar los niveles bajos de glucosa en sangre. Hablamos de un sensor no invasivo que el usuario puede llevar puesto en todo momento.
Funcionamiento del dispositivo
Capaz de detectar la hipoglucemia, su enfoque se basa en el uso de un sensor de inteligencia artificial (IA). Este va conectado a un dispositivo que funciona mediante señales de electrocardiograma (ECG). El sensor detecta los bajos niveles de azúcar rastreando el ritmo cardiaco de la persona. Lo cual es posible mediante la lectura del ECG, el cual cambia cuando los niveles de glucosa caen por debajo de 4mmol/L.
Vemos entonces como, la inteligencia artificial, se usa para reconocer los bajos niveles de azúcar en sangre, comparándolos con lecturas normales. IA y ECG se muestran como alternativas al pinchazo en los dedos.
Situación actual
Para probar el correcto funcionamiento de esta tecnología, se han llevado a cabo dos estudios piloto. Los resultados muestran una eficacia alrededor del 82% en la detección de la hipoglucemia.
El Dr. Leandro Pecchia, de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Warwick, señaló que «los pinchazos en los dedos nunca son agradables y en algunas circunstancias son particularmente engorrosos. Pinchar los dedos durante la noche es verdaderamente desagradable, especialmente para los pacientes en edad pediátrica”.
Lo que hace más destacable a esta nueva forma de uso de la inteligencia artificial, es la lectura de los latidos mostrados por el electrocardiograma. “Es relevante porque el ECG puede ser detectado en cualquier circunstancia, incluso durante el sueño”, remarca el Dr. Pecchia.
«Nuestro enfoque permite el ajuste personalizado de los algoritmos de detección y enfatiza cómo los eventos hipoglucémicos afectan al ECG en los individuos. Basándose en esta información, los clínicos pueden adaptar la terapia a cada individuo”.