Los adultos taiwaneses diagnosticados con insomnio tienen un 16% más de posibilidades de desarrollar diabetes tipo 2 a partir del 9 año, en comparación con aquellos que no sufren de insomnio. El riesgo aumenta de diabetes tipo 2 aumenta con la duración del insomnio, según datos de tipo estudio.

“Los estudios han indicado que el sueño juega un papel importante en la regulación de la función neuroendocrina y en el metabolismo en los adultos” asegura Chia-Ling Lin, MS, RN, un estudiante de doctorado e instructor en la Escuela de Enfermería de la Nacional University College de Taiwán de Medicina en Taipei, Taiwán, autor del estudio. “Aunque el insomnio crónico se ha asociado con diabetes mellitus tipo 2, esta asociación es válida también para el insomnio intermitente”

Lin y sus colegas analizaron los datos de 28.390 adultos sin diabetes al inicio del estudio recién diagnosticados con insomnio entre enero de 2001 y diciembre de 2004. Se utilizaron datos de 1 millón de pacientes seleccionados al azar de la base de datos Seguro Nacional de Salud de Taiwán.

Los pacientes fueron estratificados por edad, comorbilidades y el nivel de urbanización. Los investigadores siguieron a los dos grupos hasta el inicio de la diabetes tipo 2 o de diciembre de 2010 (tiempo de seguimiento medio, de 6 años) y se utilizaron modelos de regresión de riesgos proporcionales para evaluar la influencia de insomnio.

Durante el seguimiento, la incidencia de diabetes tipo 2 fue mayor en el grupo de insomnio (34,7 por 1.000 personas-año). El riesgo relativo de padecer diabetes tipo 2 fue de 1,16 veces mayor entre los del grupo de insomnio frente a los que no padecían de insomnio.

Cuando se estratificó por la edad, el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 entre las personas con insomnio fue más alta entre los mayores de 40 años, seguido de los mayores de 41 a 65 años y los mayores de al menos 65 años.

“Además de los factores de riesgo convencionales, tales como la obesidad, la dieta y el ejercicio, las estrategias para la prevención de la diabetes tipo 2 deben incluir el tratamiento de los trastornos del sueño, lo que permitiría una atención más completa de la diabetes tipo 2”, escribieron los investigadores.