La educación diabetológica es clave en lo que se refiere a la calidad de vida de los pacientes con diabetes: reduce la morbilidad y la mortalidad por diabetes, y mejora el bienestar, no solo de todos aquellos que la padecen, sino también de sus familiares y sus cuidadores. La formación específica en diabetes es un derecho para los cerca de 6.000.000 de personas que conviven con diabetes en España, ya que a través de ella aprenden a gestionar su patología de acuerdo con sus necesidades particulares y, además, contribuye a aumentar la adherencia al tratamiento.

Con una buena educación diabetológica, se pueden prevenir y evitar las complicaciones derivadas de esta patología, como son las relacionadas con las enfermedades cardiovasculares, el pie diabético o la retinopatía diabética, entre otras. Por otro lado, y no menos importante, la falta de una correcta educación diabetológica también implica un alto coste económico, pues si no se previene y se enseña a los pacientes a crear nuevas rutinas a partir del diagnóstico y a lo largo de sus vidas, aumentarán las complicaciones y, por ende, los costes hospitalarios serán mayores.

En este sentido, Juan Francisco Perán, presidente de la Federación Española de Diabetes (FEDE), recuerda que, a día de hoy, “son cerca de 25.000 muertes prematuras las que se producen por falta de educación en diabetes. Además, tan solo el 45% de las personas con diabetes ha recibido formación por parte de profesionales sanitarios en algún momento de su vida, lo que merma su calidad de vida. Para evitarlo, y hasta que la administración pública dé respuesta a esta petición del colectivo, las asociaciones de pacientes complementamos la labor de los profesionales sanitarios”.

Para llevar a cabo una adecuada formación de los pacientes, es fundamental contar con enfermeros educadores en diabetes cuya formación en diabetes esté reconocida oficialmente. Sin embargo, esto aún no es una realidad, por lo que FEDE, con el apoyo del Consejo General de Colegios Oficiales de Enfermería, está trabajando para que el Ministerio de Sanidad apruebe el Diploma de Acreditación (DA) y el Diploma de Acreditación Avanzada (DAA), que acreditarían la formación de estos profesionales.

En este sentido, recientemente FEDE se reunió con miembros de la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados y del Senado, para proponerles la presentación de una iniciativa legislativa, precisamente con este objetivo: instando a la Dirección de Ordenación Profesional del Ministerio de Sanidad al Ministerio de Sanidad a la aprobación de los DA y DAA. Y es que, con ellos, a los educadores en diabetes se les reconocería su trayectoria profesional, a través de una formación avanzada para la atención integral y de soporte tanto a los pacientes con diabetes y otros problemas de salud derivados de la misma, como a sus familiares y otras personas vinculadas a ellos.

Asimismo, los pacientes de diabetes también se verían enormemente beneficiados con la puesta en marcha de estas acreditaciones, pues conseguirán la garantía y la calidad que supone ser formados por un profesional de enfermería titulado, acreditado, especializado y comprometido con mantener y renovar periódicamente sus competencias, siempre con habilidades validadas, regladas y organizadas por la comunidad científica.