A mediados de 2020, cuando ya se habían superado los primeros meses de pandemia de coronavirus y estaba reciente la fase más dura del confinamiento, la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO) efectuó una encuesta poblacional que arrojaba datos preocupantes: prácticamente la mitad de los habitantes de España, sometidos durante varias semanas a la reclusión domiciliaria debido a la situación de alarma decretada por el gobierno, habían experimentado un incremento de su peso medio durante este periodo de tiempo, y hasta un 73% de las personas que documentaban un incremento de su peso habían engordado entre 1 y 3 kgs.
Ahora, se ha vuelto a efectuar una encuesta* por parte de la SEEDO, con un tamaño muestral de un millar de personas representativas de la población general de España mayor de 18 años. Se ha seguido una metodología similar, con la única diferencia de que ahora las entrevistas se han llevado a cabo vía on line (que, a juicio de los investigadores, refleja de forma más fidedigna la situación real de los encuestados), a diferencia de la anterior que fue telefónica. Y los resultados, según los propios expertos de SEEDO, vuelven a sorprender.
Tras evaluar datos relacionados con el peso e Índice de Masa Corporal (IMC) y los hábitos, actividad y ejercicio físico de los participantes, se extraen algunas conclusiones para la reflexión. “En línea con la encuesta previa, se confirma que las tasas de preobesidad (sobrepeso) y obesidad siguen siendo alarmantes en España, afectando ya a más de la mitad de la población”, destaca la Dra. María del Mar Malagón, presidenta de la SEEDO, catedrática de la Universidad de Córdoba y subdirectora científica del Instituto Maimónides de Investigación Biomédica de Córdoba (IMIBIC).
Peso e IMC
Según revela esta encuesta, el 53.8% de los entrevistados padecían exceso de peso (un 36,6% con sobrepeso y un 17,2% con obesidad). “Son datos que se asemejan a los arrojados por el estudio ENPE de 2020, pero que difieren en algo sobre la última encuesta europea de salud en España 2020 y que evidencian un significativo aumento respecto a la encuesta SEEDO de 2020”, apunta el Dr. Albert Lecube, vicepresidente de SEEDO y jefe del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitari Arnau de Villanova (Lleida).
Y es que la pandemia y el cambio de hábitos de vida se refleja en un incremento del número de personas obesas en comparación con la encuesta SEEDO de hace dos años. “La implantación del teletrabajo, más horas sentados delante del ordenador y cerca de la cocina, el estrés, las limitaciones para acudir a los centros deportivos por las restricciones COVID y el miedo a salir a la calle en las personas de mayor edad han contribuido, sin duda, a que en la actualidad más de la mitad de nuestra población deba preocuparse por las consecuencias negativas para su salud que ocasiona el exceso de peso”, aclara el Dr. Lecube.
El índice de masa corporal medio de la población encuestada se sitúa en 25.97, mostrándose que las mujeres y las cohortes de personas más jóvenes registran un IMC más bajo (las mujeres son también las que documentan tasas más elevadas de bajo peso).
La encuesta también arroja valoraciones subjetivas de interés. Como señala César Bustos, vocal de la Junta Directiva de SEEDO y CEO de No Hay Excusas (NHE), “más de la mitad de los encuestados considera que tiene exceso de peso, siendo la franja de edad a partir de los 35 años, donde la percepción de este hecho se ve más definida”.
No se aprecian diferencias significativas entre sexos en cuanto a la percepción subjetiva de exceso de peso ni en el deseo de estar más delgado: a un 70,9% de los encuestados les gustaría estar más delgados. Son las mujeres las que declaran en mayor medida haber intentado perder peso en algún momento de su vida (un 78,2 vs 67,2 de los hombres). Lo cierto, como destaca la Dra. Sharona Azriel, secretaria de SEEDO y adjunta del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Infanta Sofía de Madrid, “es que existe un claro interés por intentar adelgazar, ya que un 80,6% de las personas con sobrepeso y un 91,4% de las personas con obesidad declaran haber intentando adelgazar alguna vez”.
Sedentarismo: un problema y un estímulo para la búsqueda de soluciones
En general, como resume María del Mar Malagón, la encuesta pone de manifiesto que “el sobrepeso y la obesidad se asocian a una menor actividad física y menor ejercicio físico en relación a lo que se observa en la población general”.
Atendiendo a lo que señalan los encuestados, las tres principales causas que están detrás del exceso de peso, a su juicio, se relacionan directamente con hábitos de ejercicio, en primer lugar, de alimentación, en segundo lugar, y de gestión emocional o personal (psicología), en tercero.
Y es que esta encuesta refleja, sobre todo, la relajación o descuido de buenos hábitos de vida elementales, como la práctica regular de ejercicio. “Se evidencia un marcado y extendido sedentarismo y se señala a la falta de ejercicio como la principal causa de exceso ponderal”, subraya César Bustos, que es CEO en No Hay Excusas. Casi la mitad de los encuestados (un 42,6%) reconoce que no realiza ningún tipo de ejercicio físico o le dedica menos de 1 hora a la semana (incluyéndose todas las actividades, como andar a paso ligero, correr, trotar, montar en bicicleta, hacer gimnasia, o cualquier otra modalidad o actividad deportiva).
El sedentarismo alcanza cifras preocupantes: un 47,2% indican que se pasan entre 1-5 horas al día sentados, tumbados o inactivos (sin contar las horas de sueño), siendo un 31% y un 16% los que afirman pasar entre 5-8 horas al día o más de 8 horas, respectivamente, en actitud sedentaria.
Un 44,8% de los encuestados practica algún deporte. Caminar y las actividades de gimnasio son las formas más populares de hacer deporte, aunque mirar una pantalla parece ser el “deporte” más común (especialmente entre los sedentarios); de toda la muestra analizada, un 41,6% dedican 2-5 horas al día a este hábito, y un 28,1% superan las 5 horas diarias. Tan solo un 22,7% de los encuestados confirman que realizan diariamente, por término medio, más de 7.000 pasos; y son únicamente un 11% los que aseguran subir, al menos, 5 pisos o tramos de escalera diarios.
Motivos para la esperanza
Pero la fotografía que ofrece esta encuesta exhibe también motivos para la esperanza, puesto que se advierte un interés por aumentar el tiempo que se dedica al ejercicio físico y se plantea, por lo tanto, el reto de mejorar aspectos motivacionales y hacer esta tarea más atractiva, amena y factible.
De la población sedentaria, el 80,7% reconoce que le podría dedicar al menos 15 minutos al día, 4 ó 5 días a la semana; y prácticamente todos los jóvenes encuestados (un 94,9%), aseguran que podrían dedicar más de 1 h semanal al ejercicio, siendo el grupo poblacional más dispuesto a ello. ¿Y por qué no lo hacen? “El principal motivo que se argumenta es que no les gusta hacer ejercicio y, entre los más jóvenes, la principal razón para no hacer ejercicio es el alto precio de los centros deportivos”, apunta la Dra. Azriel; por lo tanto, según añade, “la solución parece relativamente sencilla: hagamos este hábito más atractivo y barato”; según añade, “debemos buscar actividades más motivantes, y adaptadas a las diferentes edades y condiciones de peso, así como trabajar sobre las falsas creencias alrededor del ejercicio físico”.
Entre las medidas a adoptar, se pone el foco en la prescripción de un ejercicio físico adecuado y óptimo para cada persona. En este sentido, como recuerda César Bustos, “se ha demostrado que los entrenamientos de alta intensidad, siempre que sean pautados de forma correcta mejoran la respuesta cardiorrespiratoria y de resistencia, con volúmenes de tiempo mucho menores que los entrenamientos tradicionales. La clave, por lo tanto, es combinar entrenamientos de alta intensidad con ejercicios de fuerza de cargas medias altas”.
Un problema de salud y un estigma social
También queda de manifiesto en esta encuesta el estigma social de la obesidad que sigue acompañando a las personas que viven con esta enfermedad. Prácticamente la mitad de las personas que creen que tienen exceso de peso (un 43,9%) se han sentido acomplejadas por ello, siendo mayor esta sensación entre las mujeres (un 54,5%) y el 14,1% de los encuestados se han sentido rechazadas por su peso en alguna ocasión.
La encuesta también refleja una mayor presencia de lesiones asociadas a la cadena posterior (espalda -lumbalgias-, caderas, rodillas o tobillos) entre las personas con sobrepeso u obesidad. De ellas, un 54,4% (respecto al 47,6% de la población general) constatan una lesión de este tipo en el último año, muy relacionadas con la desviación del centro de gravedad, por el exceso de grasa y por los desequilibrios biomecánicos que presentan.
Día Mundial de la Obesidad
Para llamar la atención sobre todos estos desafíos, se celebra el 4 de marzo el Día Mundial de la Obesidad. Es una jornada de acción unificada, promovida por la Federación Mundial de la Obesidad en colaboración con sus miembros mundiales, y que reclama una respuesta cohesionada e intersectorial a la crisis de la obesidad.
Esta fecha sirve, entre otras cosas, para recordar que más de 800 millones de personas en el mundo viven con obesidad, que las consecuencias médicas de la obesidad costarán más de un billón de dólares en el año 2025, que la obesidad infantil podría aumentar en un 60% en la próxima década (alcanzando los 250 millones en 2030) o que las personas que viven con obesidad tienen el doble de probabilidades de ser hospitalizadas si tienen COVID-19. Puede obtener más información en castellano: https://es.worldobesityday.org
La encuesta realizada por la SEEDO pretende incidir en las cifras alarmantes de sobrepeso y obesidad en nuestro país, y concienciar a la sociedad sobre las graves consecuencias que tiene la obesidad sobre la salud de las personas, destacando la necesidad de establecer estrategias, como fomentar y facilitar la práctica de ejercicio físico, para poder combatir esta enfermedad crónica.