El pasado mes de Octubre arrancó en nuestro país la temporada 2022/2023 de baloncesto femenino, y una de las estrellas de la liga tiene diabetes tipo 1 y vive en Valencia. Su nombre es Lauren Cox y este año defiende los colores del Valencia Basket. A sus 24 años, y 1,94 cm de altura, esta jugadora formada en las Baylor Lady Bears debutó con diabetes tipo 1 a los 7 años y su diabetes no le ha impedido alcanzar los éxitos deportivos que se ha planteado en un deporte tan físico como es el baloncesto. De hecho, eligió el baloncesto por delante del voleibol porque le gusta el juego brusco de la pintura y reconoce que “la diabetes ha sido siempre una motivación extra dentro y fuera de la pista. Cuando tengo retos me ayuda mucho a superarlos”. De hecho uno de los principales logros conseguidos fue jugar durante varios años en la mejor liga de baloncesto femenino del mundo, la WNBA, y convertirse en la primera mujer con diabetes tipo 1 en hacerlo.

Lauren Cox reconoce en su entrevista a Canal Diabetes que la incertidumbre y el miedo con el que recibió el diagnóstico de su diabetes en 2005. “Nadie en mi familia sabía lo que era la diabetes, no teníamos casos de diabetes cercanos. Afortunadamente el apoyo de mis hermanas y familia me ayudó a superar esta situación y motivarme aún más para conseguir mis objetivos”

De hecho en su encuentro con Canal Diabetes nos confesó que una de las metas que persigue jugando al baloncesto al máximo nivel es “mostrar a los niños que puedes hacer lo que deseas, puedes perseguir tus sueños teniendo diabetes”. En resumen, que como hemos dicho muchas veces, la diabetes no te limita. Cox recomienda a los más jóvenes de la casa que tengan diabetes “que sigan trabajando duro, que sean conscientes de que deben ser ellos quien controlen a la diabetes y no a la inversa”  Cosas simples como recibir un golpe en los lugares donde se pincha insulina ya es una gran desventaja sobre el resto. Que te golpeen y que duela más de lo normal es un contratiempo, pero es menor en comparación con otros «Ella hace todo esto mientras revisa su nivel de azúcar en la sangre varias veces por partido«.

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Gracias a la tecnología Bluetooth, ha podido enviar sus números de azúcar a un dispositivo portátil que conecta un tubo a un puerto de infusión en la cadera. En los partidos, puede meter la bomba en el costado de su sostén deportivo. Luego mirarla cada vez que sale de la cancha o se para el juego.

Su carrera universitaria ha sido más que buena, sin que la diabetes le impida triunfar. Desde la 2016-17, en su primera temporada, estuvo en los mejores quintetos de la All-Big 12, además de ser la mejor saliendo desde la segunda unidad en la conferencia. En el curso sophomore empezó a destacar más, entrando en el mejor quinteto y siendo galardonada con premios individuales como el Katrina McClain Award Final Five. También fue la mejor jugadora defensiva de la All-Big 12.

En el 2019 firmó su mejor curso, ganando el premio Naishmith Defensivo de final de año, estando en el tercer quinteto All American y sumando varias distinciones individuales más. Aunque lo más importante es haber salido campeona nacional en el March Madness y haber logrado varias medallas de oro con las categorías inferiores de la Selección de los Estados Unidos.

Después de terminar su carrera universitaria llegó a la WNBA como la tercera elección de la primera ronda en el Draft 2020 por Indiana Fever. Un equipo donde no consiguió encajar ni desarrollarse como profesional.