Uno de cada dos nacidos a partir de 2010 desarrollará diabetes tipo 2 a lo largo de su vida en México y la tendencia es igual en los países de Latinoamérica, ha asegurado esta misma semana el Doctor Miguel Malo, representante de la Organización Panamericana de Salud (OPS).

«Es un problema regional. Hablamos de México, porque es el país más representativo, pero en todos los países de Latinoamérica las estadísticas son las mismas y, si no se toman medidas de prevención urgentes, esto seguirá siendo un problema de salud pública», señaló el doctor Malo.

En este sentido, y de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO), las escuelas pueden ser un escenario idóneo para promover buenos hábitos alimentarios de la niñez «pero no lo son, incluso son promotores de alimentos ultraprocesados», lamentó Malo.

Como ejemplo explicó que pese a que en México hace cuatro años se prohibió la venta de bebidas azucaradas y comida basura en escuelas, todavía el 63 % de las bebidas que se ofrecen en los recintos educativos son azucaradas y un 51 % de los alimentos son ultraprocesados.

Las estimaciones aseguran que en México 4 de cada 10 niños, es decir el 25 %, de los niños de primaria sufren obesidad o diabetes. Esto fue revelado tras un estudio realizado por El Poder del Consumidor presentado ayer, en el que se asegura que en 55 % de los centros escolares se publicitan bebidas azucaradas.

En conferencia de prensa, el doctor Juan Rivera Dommarco, director general del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), dijo que pese a las regulaciones existentes «México ha fracasado para ofrecer entornos saludables a los niños».

En el estudio presentado se detectó que el 62 % de los niños no desayunan en casa, lo cual puede estar relacionado con el significativo consumo de alimentos preparados y productos ultraprocesados durante la jornada escolar.

Aseguró que entre los factores que evitan que se creen entornos saludables para los pequeños están el desconocimiento sobre la regulación y la ausencia de un proceso de capacitación en las escuelas.

Del mismo modo, Rivera Dommarco explicó que existen conflictos de interés para vigilar el cumplimiento de la regulación porque la industria de alimentos y bebidas proporciona recursos para el mantenimiento de las escuelas y realiza acuerdos con directivos y personal de venta.

Finalmente, los especialistas dijeron que para cambiar el panorama, se requiere cumplir con la regulación de alimentos procesados, hacer un etiquetado frontal entendible y adoptar una «Política de alimentación en entornos escolares» con el fin de lograr ambientes saludables en las escuelas