Leemos en las últimas horas en varias publicaciones digitales que la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos la FDA ha aprobado un ensayo clínico de fase II para probar la vacuna contra la diabetes, la genérica de Bacillus Calmette-Guerin (BCG). Es la misma vacuna que reciben normalmente los pacientes con alto riesgo de contraer tuberculosis. La directora del laboratorio de Inmunología del Hospital General de Massachusetts en Estados Unidos, la doctora Denise Faustman, ha anunciado la aprobación de este ensayo clínico que empezará próximamente con pacientes. El anuncio se ha llevado a cabo en la 75 edición de las sesiones científicas que la Asociación Americana de Diabetes esta celebrando en Boston estos días. El hecho de que la FDA americana haya dado luz verde a la fase clínica dos supone que se está a un solo paso de que la vacuna contra la diabetes pueda llegar a todo el mundo.
La vacuna contra la diabetes, la Bacillus Camlmette-Guérin, o más conocida como BCG, es en realidad una vacuna descubierta en el prestigioso instituto Pasteur allá por los años 20 del siglo pasado. Se diseñó para combatir la tuberculosis con un extracto atenuado de M. bovis, una micobacteria capaz de producir la tuberculina, que es la toxina protagonista de la tuberculosis. ¿Y qué tiene que ver la tuberculosis con la diabetes? Los investigadores se dieron cuenta hace tiempo de que la BCG no solo ayuda a inmunizar de la tuberculosis sino que, además, es capaz de ayudar en otras enfermedades debido a su acción sobre el sistema inmune. Por ejemplo, también se utiliza para tratar (más bien prevenir) el cáncer de próstata. En concreto, con la vacuna contra la diabetes, lo que hace es elevar una sustancia llamada Factor de Necrosis Tumoral (o TNF, por sus siglas inglesas). Este «controla» la aparición de linfocitos, células propias de nuestro sistema inmune.
El Hospital de Massachusetts que lidera esta investigación apunta que uno de los objetivos del equipo investigador es obtener la financiación necesaria para llevar a cabo la segunda fase del ensayo a finales de este 2015.
La vacuna contra la diabetes podría tratar a miles de personas en solo 5 años. El nuevo ensayo, de cinco años de duración, estudiará si la vacuna de BCG puede mejorar clínicamente la diabetes tipo 1 en adultos de entre 18 y 60 años que tienen niveles bajos aunque detectables de segregación de insulina desde el páncreas. La investigación, que ya lleva más de una década de desarrollo, ha conseguido relacionar satisfactoriamente su aplicación con una reducción de los efectos en humanos y ratones. El siguiente paso, en la fase clínica 2, la vacuna será probada en un grupo mayor de personas, unas 150, y con más asiduidad. Esto tiene como finalidad el conocer mejor la dosis médica necesaria y comprobar que la vacuna para la diabetes no tiene ningún efecto adverso no previsto.
La vacuna contra la diabetes solo se podría usar en personas con diabetes tipo 1. La diabetes mellitus es un problema por el cual la insulina no puede hacer su trabajo. La insulina es una de las hormonas más importantes de nuestro metabolismo, encargándose de muchas funciones, pero principalmente en el control de los niveles de azúcar en nuestro cuerpo. Si este es muy alto puede desajustar varios mecanismos, provocar que nuestro riñón no pare de funcionar o incluso que no lleguen adecuadamente los nutrientes a las células. La diferencia entre la diabetes tipo 1 y la tipo 2 es, básicamente, que la tipo 1 tiene normalmente un origen autoinmune. Esto quiere decir que las células encargadas de defender nuestro cuerpo, como los linfocitos, atacan por error a nuestros propios productores de insulina, las células ß del páncreas. También pueden existir otras razones, pero en definitiva, en la diabetes tipo 1 lo que tenemos es la imposibilidad de producir insulina. Por el contrario, la diabetes tipo 2 está provocada por una «resistencia» a la insulina. Es decir, la insulina, por la razón que sea, no es todo lo efectiva que debería ser. O bien no conseguimos producir la suficiente.