Un equipo de científicos liderados por Juan Carlos Izpisua, catedrático de Biología del Desarrollo de la UCAM, ha conseguido extraer células de tejido de una persona con diabetes, reprogramar esas células en pluripotentes y convertirlas en células sanas de páncreas para autotrasplantárselas a ese paciente. Este logro ya se habría conseguido in vitro y en ratones, informan desde la universidad privada. Aunque es un avance en el trasplante de células beta pancreáticas, desde Canal Diabetes, recordamos la prudencia que siempre es necesaria a la hora de informar sobre estas opciones que sin duda podrían resolver la diabetes.

En concreto, se ha logrado desarrollar un método, «con una eficacia sin precedentes», que permite obtener células beta pancreáticas (las únicas capaces de sintetizar la hormona insulina) aptas para autotransplante, a partir de las llamadas células madre pluripotentes, aquellas células que tienen el potencial de tomar formas diversas en el cuerpo. «Este descubrimiento representa un paso más tanto para un mejor entendimiento de la enfermedad como para su posible tratamiento», apunta el doctor Izpisua, investigador principal de proyecto.

LOS ENSAYOS con células beta pancreáticas

Las pruebas in vitro y en ratones mostraron que las células beta pancreáticas así obtenidas son fisiológicamente funcionales, es decir, detectan la glucosa y revierten la hiperglucemia en modelos experimentales diabéticos en el laboratorio. «Además, estas células beta pancreáticas, una vez trasplantadas, son seguras y no formaron teratomas (un tipo de tumor) a largo plazo», señala Haisong Liu, uno de los investigadores.

Según fuentes de este proyecto, promovido y financiado por la UCAM, con la colaboración de la Fundación Primafrio, aunque en la última década se han realizado importantes esfuerzos para conseguir la diferenciación de células madre pluripotentes humanas en células beta pancreáticas, la aplicación en clínica de estas metodologías ha estado siempre obstaculizada por varios motivos. Los protocolos diseñados tenían una eficiencia baja y las células beta obtenidas eran muy heterogéneas y un alto porcentaje de ellas carecían de la funcionalidad deseada y presentaban riesgo de formación de tumores.

Otro problema es que los protocolos utilizados dependían, en gran medida, de la línea celular de partida, presentando un valor limitado para generar células beta pancreáticas específicas de cada paciente. Según, Llanos Martínez, profesora de la UCAM y coautora del proyecto, «todos estos problemas podrían deberse al desconocimiento, hasta ahora, de cómo regular las señales implicadas en la transformación de las células madre pluripotentes en células del páncreas».