Un año más, el día 14 de noviembre se celebra el Día Mundial de la Diabetes. La Federación Internacional de Diabetes (IDF) ha propuesto un lema urgente: “Acceso a la atención en diabetes, si no ahora, ¿cuándo?”, promoviendo el debate necesario sobre el reto que supone hacer universal el acceso a la educación terapéutica en diabetes, a los tratamientos farmacológicos y a la tecnología que mejora la calidad de vida de las personas que la sufren en todo el mundo. Las asociaciones de endocrinos pediátricos AEP y SEEP ponen de manifiesto la necesidad de actuar.
“El acceso a estas herramientas está condicionado según el nivel de desarrollo económico de los distintos países, pero también en función de la financiación de su uso por parte de los sistemas sanitarios públicos, algo que hace inaccesible el tratamiento para muchas personas incluso en países tan desarrollados como Estados Unidos”, explica el doctor Santiago Conde “En otros casos, las crisis sociopolíticas y los conflictos bélicos condicionan el acceso al tratamiento de la diabetes para millones de personas”, apunta el experto.
Una desigualdad que, como afirma el doctor Conde, también tiene lugar en nuestro país, donde existen diferencias en las opciones de tratamiento disponibles en las diferentes autonomías. “Las políticas sanitarias deberían dirigirse a facilitar que las mejores opciones de tratamiento estén disponibles para aquellos que las necesiten, independientemente de su edad o el lugar donde vivan”, reclama el experto.
El coronavirus, un posible factor lesivo sobre la función pancreática
El centenario del descubrimiento de la insulina coincide, además, con otro reto a nivel mundial, el que ha supuesto la pandemia originada por el virus SARS-CoV-2 . Según el colectivo de endocrinos pediátricos de nuestro país desde un primer momento la diabetes se mostró como un factor de riesgo de COVID-19 grave, con mayor riesgo de ingreso hospitalario y necesidad de cuidados intensivos, así como de una mayor mortalidad. Luego se pudo ver que esto sucedía principalmente en personas de edad avanzada con diabetes mellitus tipo 2, sobre todo en aquellas con un mayor tiempo de evolución de la diabetes. Por ello, asevera el coordinador del Grupo de Trabajo de Diabetes de la SEEP, “tanto en nuestro país como en otros de nuestro entorno, los niños afectos de diabetes mellitus tipo 1 no han sufrido, salvo excepciones, formas graves de COVID-19”.
Para las personas con diabetes, el confinamiento supuso una necesidad de adaptación a un estilo de vida diferente del habitual y la crisis sanitaria ha impuesto dificultades para el seguimiento en las consultas de endocrinología y de atención primaria. Frente a ello, la telemedicina en la atención a la diabetes se ha mostrado como un aliado eficaz para ayudar a sanitarios y pacientes a mantener el contacto, mejorar los conocimientos y ajustar el tratamiento a lo largo de la pandemia.
Como consecuencia de la crisis sanitaria, los nuevos casos de diabetes mellitus tipo 1 se han diagnosticado en ocasiones con más retraso del deseable, condicionando una mayor frecuencia de cetoacidosis diabética, especialmente durante los meses de confinamiento. Múltiples estudios señalan al coronavirus como un posible factor lesivo sobre la función pancreática, si bien su posible influencia en el aumento de los casos de diabetes mellitus, tanto de tipo 1 como de tipo 2, no se ha demostrado.
Materiales educativos nuevos
Coincidiendo con la celebración del Día Mundial de la Diabetes, la Sociedad de endocrinos pediátricos (SEEP) ha incorporado recientemente en su web nuevos materiales para trabajar sobre la diabetes mellitus en los colegios. A través del proyecto KIDS (Kids & Diabetes in the Schools), puesto en marcha por la IDF, se pretende mejorar los conocimientos sobre la diabetes mellitus, eliminando los estigmas sociales relacionados con la misma, mejorar la experiencia escolar de los niños y adolescentes que tienen diabetes mellitus tipo 1 y prevenir desde la infancia los factores de riesgo que se asocian a la diabetes mellitus tipo 2 en edades posteriores.