Como ya hemos indicado en más de una ocasión el resultado de tener un exceso de glucosa en el torrente circulatorio no duele, pero provoca a largo plazo un daño, a veces irreparable, en múltiples órganos vitales. Es el caso, muy especialmente, de los riñones.

De hecho, la diabetes es la principal causa de enfermedad renal crónica y, por tanto, de que los pacientes acaben requiriendo diálisis e, incluso, un trasplante de riñón o riñones. Y es que aún a día de hoy no existe ningún tratamiento eficaz para evitar el desarrollo de esta ‘nefropatía diabética’ o lo que es lo mismo, de la enfermedad renal asociada a la diabetes.

De ahí la importancia de un nuevo estudio llevado a cabo por investigadores del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid, en el que se describe una nueva estrategia para prevenir o, en su defecto, ralentizar, la progresión del deterioro de la función de los riñones de personas con diabetes.

El estudio

Concretamente, el nuevo estudio, llevado a cabo con un modelo animal ratones y publicado en la revista Journal of the American Society of Nephrology muestra la eficacia de un compuesto experimental a la hora de detener la progresión de la nefropatía diabética. Un aspecto muy a tener en cuenta dado que hasta una tercera parte de los pacientes con diabetes acaban padeciendo esta enfermedad renal.

La vía de señalización celular JAK/STAT, implicada en el daño que provocan los niveles elevados de glucosa en sangre sobre las células renales, se encuentra activada de una forma crónica en los pacientes con diabetes. Por ello, los investigadores han diseñado un compuesto que imita a la denominada ‘proteína supresora de la señalización de citoquinas-1’ (SOCS-1), responsable de la regulación de la vía JAK/STAT.

Un nuevo compuesto que al parecer presenta buenos resultados mostrando que es capaz de entrar en las células renales e inhibir los efectos deletéreos provocados por los niveles plasmáticos de glucosa, ralentizando así la progresión de la enfermedad renal.

Es más; el compuesto también fue capaz de proteger los riñones en todas las fases, iniciales o avanzadas, de la diabetes, mejorando así la función renal. Y asimismo, redujo la expresión de genes asociados con la inflamación y cicatrización de los riñones. Unos beneficios, además, que resultaron en todo momento independientes de los niveles de glucosa en sangre.