Cuidar un pie diabético de la mejor manera posible nos puede evitar muchas complicaciones posteriores. Los pies son unas extremidades generalmente olvidadas por las personas. Sólo nos acordamos de ellos cuando tenemos algún tipo de lesión. Los podólogos nos recuerdan muchas veces que extrememos los cuidados de nuestras extremidades inferiores. En el caso del pie diabético, es decir de aquel pie propiedad de un paciente con diabetes ipo 1 o diabetes tipo 2, es necesario evitar las fuentes de calor, como el asfalto o la arena en la playa en verano, o los calderos de las mesas camillas en invierno. Este es el principal consejo que los expertos recomiendan a un paciente con diabetes. La falta de sensibilidad puede provocar quemaduras importantes que acaban en lesiones en muchas ocasiones irreversibles.
En la Comunidad Valenciana existe el Instituto Valenciano del Pie. Al frente de esta institución se encuentra el Doctor Ángel Camp, conocedor de esta parte del cuerpo tan olvidada por casi todos. En nuestra entrevista con él, su mensaje fue uno sólo. Los problemas en los pies de los pacientes con diabetes son una consecuencia de su mal control del azúcar en sangre. Por tanto es necesario mantener un correcto y continuado control glucémico para evitar males mayores. Si cuidamos y controlamos nuestra enfermedad nos garantizaremos menores problemas a futuro.
No seguir las pautas del endocrino y por tanto no vigilar nuestros hábitos alimenticios y saludables puede acarrear desde simples problemas de circulación a complicaciones mayores, como las amputaciones de miembros. Un extremo que asusta, pero que se repite con más frecuencia de lo que imaginamos