Continúan las cifras de auténtica epidemia en torno a la diabetes tipo 2. En los últimos días hemos conocido que el 25% de las personas mayores en España tienen diabetes tipo 2, es decir, una de cada cuatro personas en esa edad. Un porcentaje que va en aumento con la edad, llegando a alcanzar a un tercio de los pacientes mayores de 75 años.

De hecho, según datos aportados por la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, del total de personas con diabetes en España, el 40% son personas mayores de 65 años; esto supone que, en total, 2,12 millones de pacientes padecen esta patología. Asimismo,  del total de este colectivo, la mitad está sin diagnosticar.

La doctora Naiara Fernández, médico geriatra de IMQ Igurco, destaca que «en la mayor parte de los casos que afectan a mayores, la base fisiopatológica de la diabetes mellitus es la incorrecta entrada de glucosa a las células debida a una disminución de la respuesta de los receptores de la insulina que es secretada por el páncreas. Esto produce un aumento de la glucosa en la sangre y condiciona un aumento del riesgo de sufrir una patología en el corazón, riñones o retinas, así como deterioro funcional y cognitivo, entre otros».

Según explica la médico geriatra de IMQ Igurco, la primera opción para evitar las complicaciones asociadas a la diabetes «es el establecimiento de un diagnóstico precoz. Por ello es importante que la persona mayor acuda periódicamente a su médico de atención primaria y siga sus indicaciones (realización de analítica, abandono de hábito tabáquico o alcohólico…). Una vez diagnosticado, se ha de prestar una atención especial a la dieta, la actividad física y el tratamiento farmacológico».

La dieta debe ser acorde a la situación funcional, cognitiva y al nivel de actividad física que desarrolle la persona mayor. «En términos generales, se debe limitar la ingesta de carbohidratos procesados (bollería, azúcares, cacao…), sobre todo en el caso de que se trate de una persona sedentaria. Es importante mantener la ingesta de proteínas en personas mayores, por el riesgo adicional de desarrollar fragilidad que tienen los pacientes mayores con diabetes mellitus», apunta la experta.